martes, 17 de diciembre de 2019

MIRREYES CONTRA GODÍNEZ


LO SIENTO, MIRREY.
No hay nada que perderse en este bodrio, que por razones difíciles de creer pasó por las salas de cine este año (esa clase de películas que en Estados Unidos, por ejemplo, son estrenos directos en DVD y Blue-Ray, sin siquiera tocar las pantallas de cine). Digo que no hay nada de qué perderse, porque luego de ver los primeros 15-20 minutos ya sabes de qué irá la historia y cómo terminará. Chava Cartas, su director (responsable de "Treintona, Soltera y Fantástica", otro bodrio), no hace mas que recurrir a la ya muy oxidada y desgastada fórmula de "los polos opuestos se atraen", forzados a juntarse y hacer equipo les guste o no, para salvar una empresa fabricante de zapatos.



El resultado, es como ver un sitcom telenovelezco sacado de la televisión abierta, con una floja dirección de actores (actuaciones grises y blandas), personajes que rozan el cliché (por ejemplo, del lado de los "niños ricos" el infaltable amigo judío, susceptible de ser ridiculizado, la recepcionista gordita simpaticona, la secretaria curvilínea y buena, etc), con una química entre sus personajes que se siente forzada. Y no por llevar a cuestas el mensaje positivo de "la unión hace la fuerza", o de "la importancia del trabajo en equipo", Mirreyes contra Godínez vale la pena. Nada más lejos de ser así. El problema, es que toda su trama es tan difícil de creer y de tragarse, que termina siendo un cuento de hadas romántico (subido de tono y no muy sutil en sus escenas del parque acuático) sobre el derrumbe de la barrera de clases; concebido sin ingenio, originalidad, creatividad, y lo peor, sin ser gracioso. Una más a mi lista de lo peor del 2019.
1/2

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