martes, 18 de octubre de 2011

LE VIOLON ROUGE * * * *


Un misterioso violín será el hilo conductor de cinco historias.


Por el título, podemos adivinar que el protagonista principal de esta película es un instrumento musical. Es la historia de un violín rojo, la obra maestra de un fabricante de violines (inspirado en Antonio Stradivari), en 1681. Ahí es donde arranca la historia, en Cremona, Italia. Al tiempo que Nicolo Bissotti (Carlo Cecchi) termina su violín, su esposa se encuentra gestando a su primogénito, a quien dedica el instrumento musical. Antes, la mujer pedirá que le lean las cartas para saber su fortuna. El presagio no será bueno.

El realizador canadiense François Girard (Glenn Gould) siempre tiene como guía  en su filmografía la música. The Red Violin (1998) está narrada a través de 5 historias. Las principales están ambientadas en Cremona y la otra en Quebec, esta última en el tiempo presente, durante una subasta en la que el famoso violín está a punto de ser vendido. Las demás historias tienen lugar en Viena, en 1793, en donde un pequeño y angelical niño huérfano es un prodigio del violín, un “nuevo Mozart”, bajo la custodia de un amante de la música y maestro. Otra ocurre en Oxford, a finales del siglo XIX, con una especie de Paganini británico y    una trágica historia de amor. Luego, una más ocurre en Shangai, durante la revolución cultural china, en donde una mujer arriesga todo por salvar un valioso violín, mientras la policia se dedica a destruir toda la música occidental y con tufo “capitalista”.

En cada historia es el violín rojo el que hace este viaje musical por el tiempo,  hasta llegar a la subasta. A su vez, iremos viendo, poco a poco, diferentes hechos que tienen lugar en la subasta. Ahí, un misterioso comprador (Samuel L. Jackson), será el centro de una pequeña historia estilo heist movie, fascinante y  reveladora, en donde se hace el intrigante descubrimiento de por qué el violín es rojo. Esta, junto con la historia en Cremona, son las mejores. La del niño violinista es conmovedora; la del Paganini pelirrojo es fetichista y elegantemente fotografiada; la de Shangai con mucho suspenso. Notablemente ambientadas, las historias tienen un mismo hilo conductor, un violín que puede ser que cargue una maldición. Entre una y otra historia, seguramente, existen muchas otras más, pero que se quedan para nuestra imaginación. Algunas se sienten inspiradas en personajes reales y eso les resta originalidad, pero el caso es que a la mitad acabé enganchado con el destino del dichoso violín. Y si se es amante de la música clásica, la película se puede disfrutar mucho más.

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