miércoles, 19 de octubre de 2011

THE ROAD TO GUANTANAMO * * * * *



Tres jóvenes paquistaníes cuentan su traumática experiencia
en la prisión de Guantánamo.

Algo que parece confirmar el filme del británico Michael Winterbottom, The Road to Guantanamo (2006), es que la prisión del ejército estadounidense ubicada en la localidad cubana a la que hace referencia el título, no dista mucho de haberse convertido en un verdadero campo de concentración. La prisión está llena de presuntos miembros del ejército talibán y de Al Qaeda, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.

La pesadilla que vivieron tres jóvenes paquistaníes radicados en el Reino Unido, conocidos como los “Tres de Tipton” (ciudad británica donde radican), es llevada al cine por Winterbottom en su acostumbrado estilo de mockumentary (documental dramatizado), en una magistral recreación de los acontecimientos. Los jóvenes eran originalmente cuatro,  hasta que uno de ellos se perdió en Afganistán, y salieron de Tipton para celebrar la boda de uno de ellos en su natal Pakistán.

Shafiq, Ruhel y Asif Iqbal narran directamente los hechos, ocurridos unos días después del 11-S. Los tres son magníficamente interpretados por Riz Ahmed, Farhad Harun y Afran Usman, quienes han sabido introducirse en la piel de los verdaderos protagonistas. En su  viaje están en el momento y lugar inadecuados: el bombardeo de E.U. sobre la Afganistán gobernada por el régimen talibán, respaldado por Osama Bin Laden. Los tres son hechos prisioneros por el ejército de la Alianza del Norte y llevados hasta la prisión de Guantánamo, en donde vivieron en condiciones infrahumanas, humillados y torturados psicológicamente, durante los 2 años que estuvieron confinados ahí. Fueron interrogados hasta el cansancio para hacerles decir, no la verdad, sino lo que supuestos diplomáticos y jefes militares querían escuchar, hasta que fueron liberados al confirmarse su historia y su procedencia británica.

Winterbottom, en colaboración con el director Mat Whitecross, consigue crear un duro retrato sobre la tortura, abriendo las puertas de un lugar infernal visto en los medios nada más en fotografías. La película desenmascara al gobierno de Estados Unidos, el cual afirmaba haber dado trato “humano” a los prisioneros. Winterbottom recrea con una fría meticulosidad los interrogatorios, apenas con un destello algo cómico y descabellado. Uno de los tres prisioneros cuenta cómo cantó a un soldado, a ritmo de rap, su sincera y franca opinión de lo que estaba viviendo.

No hay necesidad de imágenes gráficamente crudas ni sangrientas, para revelar el tema de la tortura psicológica que soportaron, con admirable valentía y entereza, los chicos.  Se aferraron a la religión y a la esperanza, recompensada con la felicidad de esas imágenes finales de la boda y su regreso a Gran Bretaña, para que pudieran contarnos su experiencia.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena peli, que por desgracia no tuvo mucha distribución en las salas Españolas.
un retrato humano crudo...
saludos

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