lunes, 10 de mayo de 2010

ESTRENO: KAZE NO TANI NO NAUSHIKA * * * *

En "Kaze no tani no Naushika", Hayao Miyazaki consiguió uno de sus primeros grandes relatos ecologistas, un cuento de hadas con una imaginería fantástica


Lo que siempre consiguió Hayao Miyazaki, el maestro de la animación japonesa, desde sus primeras películas como "Kaze no tani no Naushika" (Naussicä In the Valley of the Wind, 1984), fue amalgamar una serie de referencias visuales de una manera sutil y sin dificultades. Esta es otra de sus fantásticas historias eclécticas que, como siempre, están protagonizadas por un personaje femenino, Naushika (voz de Sumi Shimamoto), una combinación de princesa de cuento de hadas y amazona. Naushika es fuerte, con decisión, hábil volando en una especie de planeador, experta en artes marciales y defensora de los animales, además de que puede comunicarse con ellos. Es un personaje típico de las primeras películas de Miyazaki, como la Princesa Mononoke.

El relato es un alegato ambientalista, en el que Miyazaki muestra sus preocupaciones por el destino de la raza humana, al ser la causante principal de que el mundo esté en perpetuo deterioro. La historia se ambienta en un mundo poblado de insectos gigantes, que lucen más como criaturas alienígenas. Los insectos viven en una especie de confinamiento, en una jungla contaminada debido a las sustancias tóxicas que arrojan las mismas plantas. Cualquiera que quiera internarse en esta jungla, tiene que usar una máscara y traje especiales. En realidad, este desequilibrio ecológico ocurrió a causa de los humanos, hace miles de años, al mismo tiempo que un ejército de siete gigantes guerreros de piedra acabaron con todo a su paso.

Tenemos la combinación de un relato épico-medieval con ciencia ficción. Naushika es la princesa del Valle del Viento, en donde, irónicamente, ha dejado de soplar el viento. Su destino, según una antigua profecia, es traer el equilibrio nuevamente en estas fuerzas. Pero los que se roban la película son una raza de insectos, que lucen como una combinación de escarabajos y orugas llamados ohumus -o algo así-, una suerte de animales sagrados.

Es en los ohummus, donde Miyazaki luce su maestría como animador. En los planos cerrados, el movimiento de estos insectos luce tan convincente (inspirados en los movimientos de una oruga) que la película parece haber sido producida recientemente y no en los 1980. De hecho, este fue uno de los primeros largometrajes de Miyazaki, justo en la época en que fundó los estudios Gibli. Sólo que para poder ser llevada al cine, se le exigió a Miyazaki concebir la historia primero en forma de cómic manga, en 1982, ya que los productores creían que sólo así la película podría tener éxito comercial.

La música de Joe Hisaishi, eterno colaborador de Miyazaki, da el tono épico a toda la historia. Uno de los mejores momentos (luego de la batalla aérea), es aquella en la que Naushika se encuentra perdida en la jungla de los insectos. Es como si Naushika estuviera atrapada en la “Isla Misteriosa” de Julio Verne, sólo que en lugar de animales mutantes y dinosaurios, son insectos gigantes los que se roban todas las secuencias.

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