jueves, 19 de marzo de 2009

EL CARTEL...CLÁSICO

El art-decó y el expresionismo de los años 1920 plasmados en el cartel de Metropolis (1927)

Esta semana iremos a la época del cine mudo. También en esa época se dieron magníficos carteles, que se volvieron imágenes icónicas, no nada más de ese periodo cinematográfico, sino de todo un género, como la ciencia ficción. De Metropolis (1927), uno de los más grandes filmes del realizador alemán Fritz Lang, hubo varios carteles, pero que conservaban muchos puntos en común.

Lo primero que destaca en este cartel que he escogido es su rígido diseño, de estilo art-decó, la corriente artística imperante en los años 1920. Es 100 por ciento ilustración, realizada con técnica mixta, incluido el aerógrafo. Su formato es en extremo vertical, lo que ayuda a reforzar las figuras geométricas del escenario detrás del robot, esa creación del científico Rotwang (Rudolf Klein-Rogge).

El robot se fabrica a imagen y semejanza de Maria (Briggite Helm), una bella chica que se encuentra mediando a los trabajadores que viven bajo la Metrópolis del título, queriendo iniciar una revolución. En el cartel, el robot parece surgir de las profundidades de la ciudad, una máquina que en la película acabará usándose por Rotwang para otros propósitos, como una suerte de “mesias”.

La composición es céntrica. El robot se encuentra casi a la misma altura del observador, y sus formas curvas sirven de contraste para los rectilíneos rascacielos del fondo. Es una obra que causa una sensación claustrofóbica a primera vista. La ciudad parece que nos consume y nos ahoga ante su inmensidad. Estas sensaciones visuales, son contrarrestadas gracias a la inestabilidad de otras figuras, como esos rayos de luz que parecen salir en diagonal del robot, así como por la “luz” del cielo y el logotipo, de inspiración expresionista.

El robot y ese “poder” que trae consigo, que parece irradiar en el cartel, es el símbolo de un renacer. La uniformidad cromática en el color verde cobrizo, hace referencia, con seguridad, al color del robot, cosa difícil de saber ya que la película, obviamente, es en blanco y negro. Pero daría lo mismo, este color le da una cualidad simbólica especial a todo el trabajo: puede ser el color del robot, pero también de las maquinarias que, fatigosa y rutinariamente, maneja la “clase trabajadora” en las profundidades de la ciudad.

Las tipografías están realizadas todas a mano. El logotipo destaca por su “modernidad”, de un diseño muy adelantado a su tiempo, por sus formas “violentas” e inestables. Es un logotipo experimental y provocador, por cómo varían de tamaño sus letras, en cómo parecen no tener un sostén visual definido (¿Es el cielo? ¿Son los edificios? ), y sus formas nos recuerdan también a las herramientas de un obrero, como la “T”, que parece inspirada en un martillo, las “O” en unas tuercas, etc. En contraste, las tipografías de los créditos son de un diseño más simple y discreto, casi imperceptibles en la parte de abajo, en color negro y trazadas a mano con pincel.


La fuerza alegórica y una gran técnica de ilustración, es el sello particular de este otro cartel de la película de Fritz Lang.

Brevemente comentaré uno de los otros carteles, completamente distinto al primero. De no ser por el logotipo, pensaríamos que se trata de otra película. Nuevamente tenemos una ilustración, hecha con técnica mixta (probablemente acrílicos y aerógrafo). El tema es una alegoría de la fuerza del hombre como sostén continuo de una gran ciudad. Esta “fuerza” es la de los trabajadores, ubicados justo debajo de la ciudad, toda ella de diseño gótico y art- decó, iluminada en naranja por una fuente de energía que parece provenir de abajo de esta suerte de “semi-dios”. En segundo lugar, llama la atención el diseño del logotipo, más estable que el original, y de unas estilizadas formas mecánicas. La figura en el cielo parece ser un “ojo vigilante”, justo a la altura del edificio más alto, en donde se ubicaba Johann Joh Fredersen, el “administrador” y “dueño” de Metropolis.

No hay comentarios:

Vistas de página en total