miércoles, 21 de enero de 2009

LES CHORISTES * * * 1/2

Dicen que la música calma a las bestias, y que llega a caer muy bien a las plantas, que las hace crecer mejor. Esta premisa puede aplicarse a Los Chicos del Coro (Les Choristes, 2004), debut en la dirección de Christophe Barratier, con una notable trayectoria en la producción de documentales como Microcosmos (1996) o Alas de Sobrevivencia (2001).

En aquella premisa cree el maestro, tolerante hasta la médula, Clement Mathieu (un muy contenido Gérard Jugnot), que llega con tan sólo un maletín a un internado en la campiña francesa para ocuparse de instruir a un conflictivo grupo de niños y jóvenes preadolescentes, a quienes ni el mismísimo Dios padre puede controlar.

Inspirado en La Cage aux Rossignols (1947), de Jean Dréville, Los Chicos del Coro es un emotivo y conmovedor canto (en el sentido literal del término) a la tolerancia, la paciencia y el perdón, como detonadores de cambios importantes en la conducta humana y los sentimientos.

Un prestigiado director de orquesta (el gran Jacques Perrin) recibe la visita de un misterioso amigo de la infancia, Pepinot (Didier Flamand), con una foto de 1949 y el diario del maestro Clement. Ambos comienzan a recordar sus difíciles años juveniles en el internado, dirigido en aquel entonces por el ambiguo director Rachin (Francois Berleand, excelente).

El señor Mathieu no tendrá fáciles las cosas. Ningún chico lo respeta, le ponen apodos como “cabeza de huevo”, lo ridiculizan, lo humillan, etc., pero el estoico maestro, sorprendentemente, nunca levantará la mano para castigar a sus alumnos. Cuando el castigo del férreo director se aproxima, el señor Clement siempre inventará cualquier cosa para encubrirlos.

El internado funciona, no nada más como un lugar común de decenas de filmes similares (Los 400 Golpes, por ejemplo), sino como una metáfora de la madurez y el crecimiento; un idílico lugar en el que hay espacio para juegos y el redescubrimiento del amor. La apuesta de Barratier es dejar de lado toda crudeza, para mostrar en su película (que también escribió) la cara más amable y dulce de la vida en un reformatorio, incluso cuando parece que sobrevendrá el drama.

La iniciativa del señor Mathieu de crear un coro con los chicos, le dará continuidad a una truncada carrera de compositor musical y la oportunidad de apaciguar a sus alumnos. El coro dará al gris internado un aire celestial, y al desarrollo de una estupenda banda sonora a cargo de Bruno Coulais, con temas cantados por el coro de Les Petits Chanteurs de Saint-Marc Choir (incluida la excelente voz de Jean-Baptiste Maunier), en un trabajo que estuvo a una nariz de ganar el Oscar a Mejor Banda Sonora y Mejor Canción Original.

++ Disponible en edición austera y una edición limitada para coleccionistas, que incluye:
* Cómo se hizo
* Cuaderno de música: “Canto contracampo”, “Dime”, “No recomendado a menores de 13 años”, “Cafe d´la place”, “Los ensayos de los jóvenes actores” y “Acción-reacción”
* Galería de fotos
* Tráiler,
* Ficha artística,
* Ficha técnica,
* Filmografías destacadas,
* Premios y nominaciones

1 comentario:

Ana A. dijo...

Esta película me encantó!!!
No sabía que estuvo también nominada por mejor canción original wow!.

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