jueves, 9 de octubre de 2008

TITANIC TOWN * * * 1/2

Un escenario limpio, incluso bonito, de los suburbios en la ciudad de Belfast, Irlanda del Norte, es el lugar donde se desarrolla la historia de Titanic Town (1998), un melodrama que a pesar de los fuertes y trascendentes temas que maneja, sobre la intervención militar británica en Irlanda y el levantamiento armado del ERI, termina teniendo un tratamiento demasiado “lindo” y agradable.

Fuera de algunas escenas que intentan exponer la crudeza de aquellos hechos: la muerte de una mujer por una bala perdida, el balazo que recibe otra en su casa (sugerido tan sólo por la persiana destruida) y un chico que casi se desangra al ser herido en la cabeza en una manifestación, la película no acaba por tener la suficiente fuerza dramática que a la que hubiera podido llegar.

Al fin y al cabo, Titanic Town está dirigida por el director de teleseries sudafricano Roger Michell, quien poco después dirigiera Notting Hill (1999). Es más, Titanic Town (titulado así porque el Titanic fue construido en las cercanías de Belfast) llega a semejarse mucho a una teleserie muy resumida, aventurándonos en una especie de capítulo al estilo “The Wonder Years”. No faltan las canciones nostálgicas (empezando por “Danny Boy”), la banda sonora con los típicos acordes de guitarra (escrita por Trevor Jones), todo con una ambientación modesta y, a final de cuentas, aceptable, siendo de los pocos aciertos del filme.

Eso sí, el reparto es magnífico, empezando por Julie Walters interpretando a Bernie McPhelimy, una ama de casa que realmente existió y que trató de iniciar un “Cuerpo de Paz”, formado exclusivamente por mujeres de su barrio. Luego de intentar resolver, sin mucho éxito, los problemas de violencia dialogando con un consejo de mujeres inglesas, Bernie se une a sus vecinas para recabar firmas, hacer campañas por televisión, aparecer en diarios y hasta intentar razonar con los dirigentes del ERI en persona. Bernie llega al extremo de hacerle llegar al ministro británico en Irlanda las peticiones del ERI, expresando su preocupación por las intervenciones armadas en su comunidad, luego de pasar por el trauma de ver a su amiga, Mary McCoy, caer muerta en medio de un tiroteo entre el ERI y el ejército británico.

Bernie será escuchada y tomada en cuenta con peligro para su integridad y la de su familia, viviendo bajo las amenazas del ERI por las críticas fuertes que lanza hacia su causa. Son de los momentos más interesantes en la película a pesar de su tratamiento ligero. Lo malo es que las subtramas del melodrama familiar acaban por debilitar el juego político a nuestra protagonista principal, como el conflicto que tiene Bernie con su hija mayor, Annie (Nuala O’Neill), y de ahí, al romance de esta con un estudiante de medicina, así como la preocupación de Bernie por tener a su esposo (el actor irlandés Ciarán Hinds) enfermo de úlcera estomacal.

Pero queda un pequeño y buen sabor de boca al ver Titanic Town, tan sólo por su reflexión final y el hecho de saber que está inspirada en una historia real.

++ Titanic Town tuvo estreno comercial en España, pero no se encuentra disponible en DVD edición española.

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