martes, 24 de junio de 2008

PERSEPOLIS * * * * *


Quien dijo que la animación bidimensional estaba muerta o era cosa del pasado, debe estar fuera de sus cabales. Para muestra basta revisar Persépolis (2007), la magistral obra animada que sorprendió el año pasado en el Festival de Cannes (ganadora del Premio del Jurado, nominada a la Palma de Oro) y que estuvo nominada al Oscar a Mejor Filme Animado 2008. La película es toda una joyita, que sorprende desde el inicio con su estilo visual retro, con una paleta de colores neutra y minimalista en toda su concepción artística.

Este notable proyecto, producido en parte por la Sony Pictures Classics (dedicada a producir cine independiente), es la adaptación de la novela gráfica de Marjane Satrapi, en la que plasma su biografía en tono cómico y sarcástico, así como sus dolorosas experiencias como inmigrante desde su adolescencia hasta su juventud universitaria. Satrapi tuvo que partir de su natal Irán en los 1970, debido a la inestabilidad del país con la caída el Sha e instaurarse un gobierno comunista, que llevaría a su pueblo a vivir oprimido con fuertes leyes que restringían libertades a la mujer, como el hecho de tener que cubrirse la cabeza con un pañuelo siempre que salieran a la calle.

Al estar escrita y dirigida por la misma Satrapi, la visión de sí misma es lo más fiel a su realidad, y concibe al mismo tiempo un personaje fuerte, interesante e inquieto. Nos narra todo su proceso de crecimiento y maduración en la forma de un relato que, a pesar de lo dulce y encantador que resulte en ocasiones visualmente, no duda en recurrir al humor, la ironía, la crudeza en muchas de sus imágenes y lo conmovedor, en especial en esa entrañable relación que Marjane (voz de Chiara Mastroiani) llevó siempre con su abuela (voz de Danielle Darrieux), un símbolo de feminismo, libertad, moral y fortaleza que influyó siempre en la rebelde chica.

“El miedo adormece la conciencia”, es una de tantas frases cargadas de filosofía, cariño y sabiduría que la abuela (de los personajes más interesantes de la película) dirá a Marjane, quien nos lleva de la mano en la narración en off que hace de su vida, sumamente ágil en la narración visual que no verá descanso. Hay escenas dramáticas, delirantes y graciosas a pesar de la fuerte carga crítica y política, como en aquel minirelato del ascenso y caída del Sha, la escatológica desilusión amorosa de Marjane o esa clase de dibujo de anatomía con una modelo... cubierta con una burka.

¿Y qué hay del trabajo artístico? Es un prodigio, en cuanto al juego cromático y minimalista que propone: apenas tres colores (negro, gris, verde) y un sin fin de tonalidades que remiten de inmediato al cómic original, en un estilo expresionista de fuertes sombras para los recuerdos del pasado de Marjani, mientras el presente (de donde parte el relato) es colorido pero triste. El aeropuerto, donde Marjani espera en una sala, es el lugar propio para los recuerdos y la nostalgia por el país natal. Y en ella, pesa mucho ese sentimiento.

1 comentario:

Bargalloneta dijo...

La veritat és que m'ha agradat molt descobrir aquesta petita joia. Se'm va escapar inicialment al cinema, però ara me'n alegro perquè em va donar la oportunitat de llegir-me abans el llibre que vaig acabar disfrutant moltíssim!!
ara fa poquet que he vist la pel.lícula en pantalla gran i l'he disfrutada molt.
un petonet

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