martes, 17 de julio de 2007

DVD: HUO YUAN JIA * * * *

Desconozco casi la totalidad de la filmografía del realizador hong-konés Ronny Yu. Si acaso, lo único que conoceré de Yu es el churrazo Freddy VS Jason (2003) y el no menos desafortunado La Novia de Chucky (1998). Sin embargo, me ha bastado ver su más reciente película, El Duelo (Huo Yuan Jia, China-Hong-Kong-E.U., 2006), para convencerme de que Yu es un director con un gran sentido de la acción y entretenimiento en pantalla, muy al estilo Hollywood.

Yu tiene en su haber muchos filmes sobre artes marciales, como alguno que hizo con el desaparecido Brandon Lee, Long zai jiang hu (1986) y El Duelo amplia la lista de filmes sobre kung-fu y karatazos de Ronny Yu. Como su título original indica, esta película es una suerte de biopic (con mucha cosecha fantástica del realizador) sobre uno de los grandes maestros chinos de las artes marciales, Huo Yuan Jia, quien a finales del siglo XIX desarrolló el arte del wushu hasta sus máximas consecuencias, sin el consentimiento de su padre, teniendo que entrenarse a sí mismo desde niño. Además, Huo fue el fundador de la federación deportiva Jingwu a principios de siglo XX, época en que China estaba pasando por su peor momento cultural, social y económico. Dicha federación se fundó bajo los ideales de una China unida y fraternizada, que trabajara por su propio bienestar y desarrollo, frente a la imparable colonización occidental.

El Duelo es una entretenida película de artes marciales, que logra dicho objetivo sin hacer un uso excesivo de efectos digitales. Por otro lado, no deja de ser un respetable acercamiento a la vida del maestro Huo, interpretado magníficamente por el astro oriental del cine de acción y artes marciales, Jet Li.

El Duelo, es verdad, sigue todas las convenciones habidas y por haber de las clásicas historias edificantes del género: Huo desde su niñez, deberá aprender que el wushu (una especie de variante del kung-fu), es una herramienta más para el crecimiento espiritual, el cultivo físico del cuerpo, el conocimiento propio y la defensa, más que un medio para causar daño, lucirse en los enfrentamientos callejeros y adquirir fama, tal y como le sucede al joven e inmaduro Huo.

Huo se convertirá en una celebridad en su pueblo natal, Tianjin, quedando invicto en una serie de peleas, hasta que una tragedia familiar le abra los ojos y provoque su retiro temporal en el campo, donde trabajará cultivando arroz bajo los cuidados de una campesina invidente, recibiendo de ella además reveladoras y filosóficas verdades sobre la vida.

La película funciona perfectamente como un espectacular y bien producido filme de artes marciales, así como un serio acercamiento a la figura de Huo, sin muchas solemnidades de por medio.

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