domingo, 18 de febrero de 2018

THE POST * * * *


Tom Hanks y Meryl Streep.
The Post sigue de cerca los pasos de Spotlight (2015). A pesar de que sus historias son diametralmente distintas, ambas comparten, además de una reverencia a All the President's Men (1976), el tema de la libertad de expresión y prensa. En estos filmes, el verdadero periodismo debe ser aquel que ponga a la verdad por encima de todo, como un estandarte triunfante. Steven Spielberg consigue en The Post un filme contundente y poderoso. Cuenta cómo dos figuras importantes del diario The Washington Post, Ben Bradlee (Tom Hanks), editor en jefe, y Kay Graham (Meryl Streep), dueña del periódico, se vieron en la tormentosa y crucial polémica sobre publicar o no unos archivos secretos del Pentágono, en 1971. Dichos documentos "ultra-secretos" revelaban cómo el gobierno de Kennedy, y más tarde el de Lyndon B. Johnson, mintieron a la gente sobre la verdadera situación en Vietnam. La guerra se salió de control y acabó extendiéndose, cuando habían afirmado que terminaría en 1965. Es mucho lo que está en juego de darse a conocer los documentos: la existencia del periódico, y el empleo de mucha gente. Sin embargo, es lo que necesita el diario para tener notoriedad, con todo y que también podrían ser censurados y clausurados por el gobierno de Nixon. El presidente ya tiene en la mira al New York Times, el primer diario en haber revelado y publicado una parte de los archivos secretos. 

¿Estarán Bradlee y su equipo dispuestos a declararle la guerra a la censura impuesta por la administración de Nixon? A The Post quizás le falte la ferocidad de Spotlight, pero es sin duda un filme magnífico sobre el ejercicio del periodismo. Spielberg dirige con energía y fuerza, en su manera de contar los hechos escalando en suspenso, todo con un realismo que se respira en cada escena (oficinas perfectamente ambientadas, rotativas y máquinas rugiendo como si hubieran sido hechas ayer), centrado más que en la acción en la reflexión, sobre una situación con mucho que perder, pero también mucho que ganar. El verdadero centro dramático de la premisa, está en aquella pregunta planteada por Bradlee a Graham (quien de hecho tuvo un papel crucial en el reporte del caso Wattergate) "¿para qué quieres un periódico si no es para decir la verdad? Pero también ¿qué haremos con esa verdad sin un periódico en dónde publicarla?" O también en aquella referida a la primera enmienda de la Constitución: "La prensa es para servir a los gobernados, no a los gobernantes". 

Es la primera vez que Hanks y Streep actúan juntos en un filme. Ambos están fantásticos, y sinceramente, están hechos el uno para el otro en la pantalla.

No hay comentarios:

Vistas de página en total