jueves, 19 de junio de 2014

SEARCHING FOR SUGAR MAN * * * * *


¡GRACIAS POR MANTENERME VIVO! Sixto Rodríguez, 
uno de los mayores misterios en el mundo de la música moderna. 
Un documental es irresistible cuando presenta historias sorprendentes, con personajes fascinantes. Searching for Sugar Man, ganador del Oscar a Mejor Documental del año 2013, es una película que nos introduce dentro del misterio alrededor de Sixto Rodríguez, un compositor chicano, del cual casi nadie sabía de su existencia - al menos en America. Resulta que Rodríguez, quien inició su corta y efímera carrera musical a finales de los 1960, es una leyenda musical nada menos que en Sudáfrica,  donde su fama es tal, que los habitantes de aquel país al final del mundo lo consideran incluso más famoso que Elvis. Para musicólogos y críticos, Rodríguez es un fenómeno, un objeto de estudio casi de "arqueología musical". A pesar de que en E.U. fue un fracaso en ventas, de que a nadie le importó un comino su música, muchos opinan que Rodríguez rivalizó -y hasta quizás fue mejor- en su momento que Bob Dylan. Sin embargo, el mito que rodea a Rodríguez es su extraña desaparición de la escena musical, con la creencia de que se suicidó en pleno escenario, prendiéndose fuego a sí mismo.

El sueco Malik Bendjelloul, quien irónica y trágicamente se suicidó el pasado mes de mayo, nos  presenta un misterio rodeado de un aura de melancolía. Las interrogantes de su película: ¿qué fue de Rodríguez? ¿Por qué fracasó en America y triunfó en Sudáfrica? El músico no murió, como muchos creían. Con esto último, no creo estar arruinando a nadie el documental, ya que el mismo Rodríguez estuvo presente durante la promoción y estrenos en festivales del documental, junto a Bendjelloul. Sugar Man -título de una de las canciones más famosas de Rodríguez- es uno de esos documentales que todo melómano debe ver, y que sin duda disfrutará. Rodríguez, quien en fotos luce como un tímido pero sonriente joven, luciendo siempre lentes obscuros y melena larga, es un personaje que de verlo te atrapa y despierta interés, sobre todo si ya has escuchado su música. Sus canciones están  llenas de dolor, sentimiento y poesía, al más puro estilo del género folk de los 1970. Rodríguez es como escuchar a José Feliciano en clave de blues.

Bendjelloul hace aquí de detective, y junto a otros especialistas, productores de los discos de Rodríguez, incluida gente común y corriente que se topó con él en algún momento, no parecen dar con la respuesta de su fracaso musical, teniéndolo todo para triunfar. Uno de sus productores ve como profética la frase de una de sus canciones: "perdí mi trabajo, dos semanas antes de Navidad" (la línea más triste que según él jamás haya escuchado en una canción), ya que en efecto, dos semanas antes de una Navidad, Rodríguez perdió su contrato con la disquera Sussex, luego del fracaso de su segundo disco en el mercado.

Stephen "Sugar" Segerman, es el segundo personaje interesante del filme, propietario de una tienda de discos en Sudáfrica (parece un pequeño museo dedicado a la música grabada), quien como verdadero fan de Rodríguez, al leer una frase en el booklet de un CD ("Sobre el músico de nombre Rodríguez no se sabe nada, ni en donde está ni qué fue de él. ¿Algún detective allá afuera?"), fue quien milagrosamente lo encontró, viviendo en la pobreza y humildad, en la misma casa que ha ocupado por 40 años. Bendjelloul hace de esta contradicción uno de los temas del filme: Si Rodríguez tuvo ventas millonarias en Sudáfrica ¿cómo es que vive en la pobreza? ¿quién se quedó con el dinero de las regalías? Lo cierto, es que estamos, probablemente, frente a uno de los más grandes fraudes que hayan sido descubiertos en la industria de la música. Un documental, sin duda, indispensable. 

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