martes, 31 de enero de 2012

WAR HORSE * * * *


Un chico y un caballo forman una conmovedora amistad
durante la Primera Guerra Mundial.


Primera película de Steven Spielberg ambientada en la Primera Guerra Mundial. Emily Watson, una de sus protagonistas, la define como una “película de guerra para niños”. Una definición no del todo equivocada, aunque en ocasiones la película sea difícil de ver incluso para un publico infantil. Tiene escenas duras, como la fue ver la muerte del caballo de Atreyu en “The NeverEnding Story” (1984), que en mi niñez me provocó nudos en la garganta y ojos enrojecidos cada vez que la veía. Es oportuno mencionar que el personaje principal de War Horse (2011), con una nominación al Oscar como “Mejor Película”, es un caballo. Es una apuesta riesgosa, una que nada más se llevaba a cabo en películas infantiles en la época de oro de Hollywood, con Flickas y Lassies siendo la delicia de chicos y grandes. Tal vez me falle la memoria, pero quizás The Black Stallion (1979) sea  una de las últimas grandes películas protagonizadas por un caballo.

Joe es el nombre del caballo en esta película. Para la filmación se usaron 5 caballos para interpretarlo. Su odisea comienza justo desde que es un potrillo, en la campiña británica de Devon, en donde capta de inmediato la atención y cariño de un joven granjero, Albert (Jeremy Ervine). Cuando su padre (Peter Mullan) decida comprarlo, apostando por ello todo su presupuesto y así intentar salvar su granja, la aventura comenzará tanto para Joe como para Albert. El primero deberá poner toda su fuerza equina para demostrar que puede trabajar duro en el campo, y el segundo, para hacer ver a su padre y madre (Emily Watson) que puede enseñarle a Joe las labores del campo. Cuando la primera gran guerra comienza, Albert y el caballo deberán separarse, siendo para Joe el inicio de su carrera militar en la caballería al ser comprado por un militar.

Esto tan sólo es uno de tantos episodios en la a veces heroica, a veces trágica vida de Joe. La película (basada en la novela de Michael Morpurgo, y que ya fue llevada también al teatro) es, en parte, un espectacular homenaje al caballo como instrumento de guerra, a su última participación en un conflicto bélico. Tiene varios cambios de tono, bien intercalados, empezando primero como un fotogénico western ambientado en Inglaterra, para luego convertirse en un tremendamente bien ambientado filme de guerra. En este sentido, el filme tiene dos grandes episodios: el primero en esa batalla sorpresa a caballo contra un campamento alemán, donde Spielberg demuestra su genialidad en el manejo de la edición y las elipsis (en una toma, un soldado a caballo mira una ametralladora apuntándole, y en la siguiente, su caballo sigue sin él). En el segundo episodio, la acción principal tiene lugar en las trincheras, donde tiene lugar un encuentro improbable pero muy cinematográfico: un soldado británico y uno alemán fraternizan por unos minutos, para salvar a Joe de un enredijo de alambre de púas.

Si algo no me gustó, no es algo que tenga que ver con la realización de Spielberg o algún otro aspecto técnico. Tiene que ver con la extraña decisión de que alemanes y franceses hablen inglés, algo que rompe con el realismo, que  caracterizó a Spielberg previamente en filmes históricos como “Amistad”, “Saving Private Ryan” y, en parte, “Schindler’s List”. De todas formas, lo notable de la película es hacer que- como en otras películas famosas sobre caballos-, que simpaticemos y nos involucremos con Joe, quien llega a formar una entrañable amistad con un más imponente corcel negro. Hay una escena trágica, que si no lo conmueve, tal vez esta película no sea para usted.

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