jueves, 29 de septiembre de 2011

PIRATES OF THE CARIBBEAN: DEAD MAN'S CHEST * * * *


Johnny Depp escapando de una horda de caníbales en
"Dead Man's Chest".


Pirates of the Caribbean: Dead Man’s Chest, (2006), es la segunda parte de la franquicia que rescata las aventuras de corsarios a la usanza del viejo Hollywood. Está más cargada de efectos especiales y un metraje más largo, a comparación de su antecesora, Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl (2003), basada en la famosa atracción del mismo nombre en Disneylandia. El espectador que no haya visto la primera parte no perderá mucho el hilo en esta secuela.

De todas formas, Gore Verbinski (realizador de 3 películas de las 4 que forman la saga) no titubea y nos vuelve a presentar al balbuceante capitán Jack Sparrow (Johnny Depp), de andar irregular, un poco afeminado, amante del whisky y en constante estado de ebriedad. Depp puso a temblar a los productores con su extravagante creación y descabelladas ideas para el personaje. Se le nota que vuelve gustoso a interpretar al personaje, inspirado, según él, en el Rolling Stone Keith Richards. Su perezoso, algo  cobarde y oportunista pirata, es como una cruza de Buster Keaton, Errol Flynn y Bob Marley, mezclados dentro de una botella de ron.

La película tiene unas cuantas sorpresas que harán más interesante la “oleada” de peripecias en alta mar. Sigue siendo impresionante su lograda mezcla de convencionales aventuras de piratas, con elementos fantásticos y paranormales. En esta ocasión, son unos corsarios mutantes, encabezados por el capitán holandés Davy Jones (Bill Nighy), mitad humano mitad pulpo. Jones está tras Jack Sparrow para cobrarse una vieja apuesta. Junto a Jack,  Will Turner (Orlando Bloom, desangelado como siempre) y Elizabeth (Keira Knightley) deberán ir en busca del cofre que guarda el corazón de Jones y la llave que lo abre, con la ayuda de una misteriosa brújula. En tanto, Will también emprende el rescate de su padre (Stellan Skarsgard), prisionero de Jones, antes de que termine de convertirse en un mutante como los piratas que lo mantienen prisionero.

Junto a la divertida caracterización de Depp como Sparrow, la “estrella” del filme son los estupendos efectos especiales. El Kraken (el nombre quizás le suene a muchos) hace una aparición estelar, un calamar gigante que gusta de engullir barcos con todo y tripulantes. Mientras, los piratas villanos son tan despreciables como fascinantes, dentro de todo el trabajo digital que implicó su creación. Bill Nighy tuvo que usar una especie de máscara durante toda la filmación, en donde, posteriormente, le fue agregada su cara de pulpo digitalmente. En general, la experiencia de ver las dos primeras películas, es como ver la mezcla de una historia de Robert Louis Stevenson con una comedia slapstick, al estilo del cine mudo.

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