martes, 26 de octubre de 2010

SONG WITHOUT END * * * 1/2

Dirk Bogarde interpreta a Franz Liszt en "Song Without End"
Song Without End (1960) trata la vida musical  y sentimental de uno de los más grandes músicos del siglo XIX, el húngaro Franz Liszt, famoso por sus prodigiosas técnicas en el piano, composiciones para orquesta y logradas interpretaciones de obras de Beethoven, Bach, Chopin (con quien tuvo una estrecha amistad) y Richard Wagner, a quien también conoció y admiró por su sensibilidad y “milagroso talento”.

Dirigida por Charles Vidor, quien murió semanas después de empezado el rodaje para ser sustituido por George Cukor (insistió que en los créditos destacara el nombre de Vidor), la película es un deleite musical para los aficionados a la música de Liszt. De hecho, la película gozó de muchos reconocimientos en este rubro, empezando por los Oscares que le fueron otorgados a “Mejor Banda Sonora”, para Morris W. Stoloff y Harry Sukman. A la película tampoco le fue tan mal en los Globos de Oro, ganando el de “Mejor Película Musical”, así como varias nominaciones a “Mejor Actor en una Película Musical” para su protagonista, el británico Dirck Bogarde, que hacía el papel de Liszt; y “Mejor Actriz” en la misma categoría para la bella Germaine Lefébvre (mejor conocida como Capucine), quien  interpreta a la princesa Carolyne, el gran amor de Liszt.  

Dirk Bogarde interpretó un Franz Liszt conquistador. Según la película, Liszt tenía una reputación de mujeriego. A Song without End goza de un equilibrio entre los dos retratos que hace de Liszt. Si Bogarde está lejos de parecerse al compositor, sí supo reflejar los rasgos más característicos del mismo: un hombre explosivo, apasionado, temperamental, dedicado plenamente a su música, y que en el escenario, prácticamente, quedaba poseído por el piano. En ese sentido, el filme ofrece largos números musicales con varias obras de piano, interpretadas en realidad por el pianista Jorge Boyet.

La producción es excelente, destacando el vestuario a cargo del diseñador Jean Louis y el diseño de arte por Walter Holscher, en unos magníficos sets que ambientaron perfectamente la época más prolífica de Liszt. El músico tuvo el reconocimiento de toda Europa, presentaciones para la realeza y una fama que llegó hasta Rusia, en donde conoció a la princesa Carolyne. Esta relación fue tormentosa y complicada, por todo el escándalo suscitado entre la alta sociedad, el cual se incrementó por el hecho de que Carolyne estaba casada con el príncipe Nicolás (Ivan Desny), de quien, a pesar de todos los esfuerzos puestos por ella y Liszt, nunca pudo obtener la anulación del matrimonio por parte del Vaticano. Liszt terminó una igualmente destructiva relación con la condesa Marie (Geneviève Page), con quien incluso había procreado varios hijos.

La trama está dominada por un triángulo amoroso, Marie-Liszt-Carolyne. Por ello, acabará siendo una película romántica adornada con la maravillosa música de Liszt, y un reparto que se desempeña bien en sus papeles. Sin embargo, en muchas escenas el registro dramático de Capucine no estaba a la altura, quedando compensadas sus deficiencias como actriz con su belleza.

La película es demasiado larga, algo comprensible por la doble dirección Vidor-Cukor. Aunque no intenta hacer una biografía exacta de la vida de Liszt, la película sí acaba centrándose excesivamente en el pleito del divorcio. El personaje de Carolyne termina  eclipsando al de Liszt, en el fanatismo religioso de la princesa que acabó  separándolos. Es  un filme romántico musicalmente agradable, pero al final, la vida del compositor húngaro es  vista aquí como una eterna telenovela, sin el happy-end riguroso de Hollywood.

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