domingo, 29 de agosto de 2010

THE IMAGINARIUM OF DOCTOR PARNASSUS * * * 1/2

Heath Ledger en su última película, "The Imaginarium of Doctor Parnassus."






Al final de The Imaginarium of Doctor Parnassus (2009) su director, Terry Gilliam, decidió dedicarla a su fallecido protagonista, Heath Ledger. Es inevitable que la película no esté permeada por el “espíritu” del joven actor, quien fuera encontrado muerto a principios del 2008, dejando incompleto el rodaje y a Gilliam sin saber qué hacer, presa de una especie de maldición. Siempre sucede algo malo durante los rodajes de sus películas, como con el fallido proyecto de rodar Don Quijote, con Johnny Depp y Jean Rochefort. Pero Gilliam siempre sale avante y, por ejemplo, de ese proyecto de Don Quijote produjo un documental. Dicen que retomará el proyecto.

Sin ser de los mejores filmes de Gilliam hasta el momento, ha sido sorprendente ver cómo logró sacar adelante el accidentado proyecto del Dr. Parnassus. Al verlo, realmente parece que Ledger acabó sin problemas de rodar la película. ¿La solución? Llamar a tres estrellas: Johnny Depp (en su tercera colaboración con Gilliam, tomando en cuenta Don Quijote), Jude Law y Colin Farrell, para que tomen el lugar de Ledger en las escenas que no pudo filmar. Los tres cumplieron sin problemas con el trabajo de sustituir a Ledger, ya que las escenas en que lo han suplido pertenecen al Imaginarium del Dr. Parnassus, es decir, a un mundo fantástico e imaginario, producido por la mente de aquel que se aventure a cruzar un espejo mágico. Tan sólo basta imaginar lo que hizo Alicia, precisamente, en Through the Looking Glass, secuela de Alice in Wonderland.

La historia no es más que una revisión de Gilliam al clásico Fausto. El Dr. Parnassus (Christopher Plummer) es nuestro Fausto, un milenario anciano quien, luego de hacer un pacto con el diablo (nada menos que Tom Waits), obtiene la inmortalidad. La escena en la que se encuentran por primera vez, es en una especie de enorme cueva tibetana, con Parnassus y varios monjes recitando poemas para que el universo se mantenga estable y no se destruya. Pero Parnassus no cede a la tentación de dejar este “absurdo” trabajo, y aconsejado por el diablo, ocupar su tiempo libre en otras cosas.

En el tiempo presente, Parnassus es un anciano inmortal, sí, pero cansado, harto de andar con su circo ambulante y aficionado al alcohol. Junto con él viajan su bella hija pelirroja, Valentina (la también modelo Lily Cole), un enano, Percy (Verne Troyer), quien parece el único ser inteligente del grupo, y Anton (Andrew Garfield), un joven prestidigitador, cuyo principal trabajo es animar y atraer público. ¿Y de qué se ocupa el Dr. Parnassus? Nada más de hacer que el espejo mágico funcione, entrando en un estado de trance y meditación profundos.

Uno de los principales problemas en este nuevo filme de Gilliam, es lo lento que parece avanzar la historia en muchos momentos. Las razones por las que pueda haber pasado esto son muchas. La que me parece más plausible, es la forzada edición y armado que Gilliam hizo con lo que tenia filmado de Ledger. Gilliam tenia en mente una película con Ledger en ella, y la muerte de este último le dio otro resultado, no tan bueno como pensaba. Esto, o también es posible que la historia simplemente no haya sido lo suficientemente buena.

Heath Ledger interpreta a Tony, un sujeto misterioso y, aparentemente, amnésico, a quien la troupé de artistas encuentra colgando de un puente. Tony no está muerto, gracias a una pequeña flauta que se traga. Este es un elemento que pudo haber sido más interesante, de haberse explicado más cómo funciona y por qué mantiene con vida a quien se lo trague. Con el tiempo descubriremos que Tony, un socialité dedicado a obras caritativas, no es lo que parece y que tiene mucho que ocultar, además de despertar el interés de Valentina y los celos de Anton.

Los momentos en que la película cobra verdadera vida, es en las escenas fantásticas a través del espejo. En esta extraña dimensión, la persona que cruce el espejo verá su personalidad, anhelos, demonios y miedos reflejados en mágicos escenarios. Aquí es donde el verdadero talento de Gilliam, como creador de fantasías, se ve materializado. El Gilliam humorístico, el Gilliam surrealista. Aquí, una vez que Tony cruce el espejo, Depp, Law y Farrell encarnarán las otras personalidades que el primero desea tener. Los mejores episodios son los de Jude Law (los mafiosos rusos, el número de los policias bailando y la mujer rusa) y el de Colin Farrell (todo se transforma en una suerte de infierno), este último con más tiempo en pantalla.

Fuera de estos episodios, creados con la tecnología del green screen, las partes ambientadas en el mundo real son más bien estáticas y grises. Aunque debo admitir que en su último filme, Ledger mostró un gran talento, una buena actuación, a pesar de no haber tenido en sus manos un personaje lo suficientemente atractivo. ¿Qué película hubiera resultado si Ledger no hubiera fallecido? Es un misterio que no podemos más que imaginar, quizás con la ayuda del Dr. Parnassus.

++Disponible en DVD y Blu-ray. El primero contiene de extras escenas eliminadas con comentario opcional, presentación y comentarios del director Terry Gilliam, 5 documentales y mucho más. Exclusivo del Blu-Ray: "El imaginario de Terry Gilliam", "Heath Ledger y sus amigos – El reparto y el equipo de rodaje recuerdan a su amigo", El borracho Documental multi-ángulo y BD-Live.

1 comentario:

Joel Meza dijo...

De acuerdo contigo, Alex. Por cierto, el personaje en manos de Colin Farrell me pareció mucho mejor logrado que con Ledger o los otros dos.
Algo que si bien no me molestó sí creo que terminó por desmerecer el trabajo de Gilliam es el uso del CGI. Prefiero, con mucho, las maquetas que Gilliam usaba antes. Para el CGI, creo que le falta una de dos cosas: talento o dinero. Ojalá volviera a las maquetas.

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