domingo, 6 de junio de 2010

A SERIOUS MAN * * * *

"A Serious Man" es la primera comedia judía de los hermanos Coen, un delirante viaje filosófico y existencialista.




De lejos, el más reciente filme de los hermanos Coen, A Serious Man (2009) parece un filme inaccesible, pero irresistible. Para empezar, abre con un cortometraje, filmado en pequeño formato fotográfico, que no tiene nada que ver con la historia principal. Su historia parece ubicada en el pasado (tal vez principios del siglo XX), está completamente hablada en yiddish y tiene el humor negro característico en la filmografía de los hermanos Coen. No hay mucho que decir respecto al corto, tan sólo que está protagonizado por un matrimonio que recibe de visita a un fantasmagórico anciano, a quien la esposa creía muerto.

“Recibe con simplicidad todo lo que te suceda”, es la cita que abre A Serious Man, la primera comedia enteramente judía de los hermanos Coen, para la cual se inspiraron en mínimos aspectos autobiográficos. Por ejemplo, para la creación de Larry Gopnick (Michael Stuhlbarg), el atormentado personaje principal, los Coen se basaron en su padre y en varias personas que conocieron en esa época. La historia puede llegar a sentirse algo “obscura”, al estar llena de palabras en hebreo, que la experiencia de verla parecería requerir el tener un diccionario a la mano.

Además, en la mejor tradición coeniana de Barton Fink (su mejor película para mi gusto), A Serious Man, si bien no llega a los niveles de aquella, sí contiene las acostumbradas claves secretas y misteriosas, que al final dejan al espectador rascándose la cabeza tratando de resolverlas.

De hecho, Larry Gopnick, un maestro de Física que verá su vida desbaratarse en pocos días, es como el torturado dramaturgo trastocado en guionista de Barton Fink. Instalada en los suburbios de algún estado del Medio Oeste norteamericano, en 1967, la historia nos da cuenta de cómo el intachable Larry, maestro empleado en una escuela hebrea, tendrá que lidiar con un sin fin de problemas familiares, empezando con el hecho de que su esposa (Sari Lennick) tiene una relación con el mejor amigo de Larry, Sy Ableman (Fred Melamed).

Su hijo, Danny (Aaron Wolff), iniciándose en el consumo de la mariguana, está preparándose para hacer su Bar Mitzbah, pero en el colegio un compañero, cual Goliath bíblico, siempre está acosándolo para hacerle la vida de cuadros. Sara (Jessica MacManus), hija de Larry, vive preocupada por hacerse una cirugía en la nariz. Por si fuera poco, Larry tiene a su inútil cuñado, Arthur (Richard Kind), viviendo en su casa y escribiendo un mapa del universo titulado “El Mentaculus”. Lo que en verdad viene a desequilibrar la vida de Larry, es la aparición en su escritorio de un sobre con dinero, el cual cree que es un soborno de un alumno asiático para que le suba su calificación.

Contrario a lo que estamos acostumbrados a ver en la filmografía de los Coen, A Serious Man tiene escasos o nulos momentos climáticos. Queda la sensación de que es una película inconclusa, y aunque el guión no es caótico, se nota que es un aglomeramiento de ideas, tramas y subtramas que los Coen tenían en sus cabezas, y que decidieron juntarlas de una manera más o menos coherente.

La película está llena de momentos delirantes, como las constantes pesadillas de Larry, o ese genial minirelato que se cuenta a mitad del filme, sobre el dentista que encuentra en los dientes de un paciente goy (es decir, no judío) una profética inscripción en hebreo. Tan sólo este relato y el corto del inicio, dan cada uno para una película entera.

Con todo, no cuesta trabajo empatizar con Larry como personaje, un “hombre serio” al borde de la locura por no encontrar salida a sus problemas. Larry cree que Hashem (una manera de llamar a Dios para evitar decir su verdadero nombre) no ha sido justo con él y que trata de decirle algo con cada cosa que le pasa, por lo que intentará encontrar alguna respuesta con la visita a tres rabinos.

Soy un admirador del trabajo de los Coen, aunque no creo estar frente a una de sus mejores películas. A Serious Man me ha gustado, pero con muchas reservas. Me ha gustado también cómo han utilizado tan sólo un pequeño extracto de la psicodélica canción “Somebody to Love”, de Jefferson Airplane, durante la secuencia de créditos, y la dirección de fotografía de Roger Deakins (fotógrafo de cabecera de los Coen) tiene sus mejores momentos en la utilización de ciertos lentes para hacer borroso parte del cuadro. Parece que el “Principio de la Incertidumbre”, al que Larry hace alusión en una de sus clases, y que establece que nunca podemos saber realmente lo que está pasando, puede aplicarse a esta laberíntica y compleja película de los Coen.

++Los extras del DVD incluyen "Poniéndose serio", "Creando 1967", y "Hebreo y Yiddish para goys".

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