miércoles, 3 de marzo de 2010

EL CARTEL

THE LOVELY BONES * * * 1/2
No ha tenido mucho éxito con la crítica The Lovely Bones, la más reciente película de Peter Jackson. Unos han considerado sus imágenes del paraíso celestial, en el que se encuentra temporalmente su protagonista, alucinantes, mientras que otros las consideran algo estorbosas, excesivas. Su cartel me ha parecido rescatable, en especial, por su inquietante idea de colocarnos como testigos de una escena clave en la película. Emplea simbolismos antagónicos simples. La obscuridad que rodea al personaje de Stanley Tucci, el asesino, acentuado con un cielo tormentoso y nublado. En tanto, el personaje de Soairse Ronan está rodeado de una luz celestial, de nubes con la luz de un idílico atardecer. Parece además que la chica ha descendido del cielo. Es un cartel con texturas interesantes, lo que lo hace todavía más atractivo (la plantación seca del campo, las mismas nubes, los árboles, etc.). La identidad del asesino se nos oculta parcialmente, y en contraposición está la expresión asustada de la chica. De alguna forma, este gesto nos hace estár más compenetrados con ella, y sentirnos ocultos a la vista del asesino. La perspectiva y la composición hacen que Stanley Tucci luzca de mucho mayor tamaño, lo que hace sentir a la chica todavía más vulnerable. Pero también he leído comentarios que consideran que la figura de la chica luce desproporcionada por este mismo efecto, que sus piernas lucen excesivamente largas con respecto al resto del cuerpo. Es cierto, aunque no siento que esto le haga mucho daño al resultado final. Diseñado por Michael Pangrazio y el despacho BLT & Associates, el cartel resulta memorable por la recreación de la escena a través de fotomontajes, y la paleta purpúrea está inteligentemente usada para crear un efecto melancólico.



UN PROPHÉTE (* * * * para ambos carteles)
De Un Prophéte me han gustado tanto el cartel francés original, como el estadounidense. El primero tiene incluso un cierto aire nostálgico de algún cartel de la Nouvelle Vague. El retrato que domina el cartel, en blanco y negro en alto contraste, es gráficamente atractivo. Su rostro, dividido por la sombra del enrejado en prisión, es lo que llama la atención en el primer vistazo. Y el alto contraste hace que en verdad duela ver el rostro y lo haga más vulnerable. Su rostro es devorado por la obscuridad de ese espacio en el que se encuentra ubicado, y el marco, con una textura que le da un efecto desgastado y viejo, contribuye a enfatizar ese efecto de encierro.

El cartel norteamericano se mueve por otros terrenos. Si algo tienen en común, es su apuesta por retomar un estilo de diseño antiguo. La gran diferencia, es que en el segundo cartel el protagonista aparece en una actitud diametralmente distinta, amenazador, alerta, seguro de sí mismo y con un revólver en mano. La idea básica, es dividir el retrato con unas barras de forma irregular y rojas. Al menos ese es el efeto visual que da a primera vista. Observándolo mejor, se trata más bien de unir varios pedazos de una fotografía, virada al rojo y sobre un fondo blanco. El efecto es intrigante, remite de inmediato a un thriller de espionaje. Podrá verse muy simple, pero el diseño tipográfico del título es muy bueno, en especial, por que su tipografía está perfectamente pensada para que la “A” inicial se una con el fondo, al igual que la “T” final. El cartel español retoma el cartel norteamericano, pero deja de lado todo lo gráficamente interesante de este por una idea de lo más convencional. Si hay algo bueno en este cartel, es el diseño tipográfico, sobretodo por esa navaja en el lugar de la “O”. Otro cartel más para la portada del DVD.

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