martes, 20 de octubre de 2009

TRAINSPOTTING * * * * 1/2

Danny Boyle logró en "Trainspotting" combinar ambientes opresivos, humor y escenas delirantes, en una de las mejores películas de la década de los 1990.





En su momento, se publicitó a Trainspotting (1996) como el “Clockwork Orange de los noventa”. A parte de que ambas historias son los retratos decadentes de un grupo de jóvenes, creo que apenas y tiene algo que ver una película con otra. No he leído la novela homónima escrita por Irvine Welsh, de la que publicó hace algunos años la secuela, "Porno". Se dice que Danny Boyle podría volver a repetir como director en su posible adaptación al cine. Por lo pronto, puedo decir que Trainspotting es una magnífica película de corte independiente, que consigue ser un crudo retrato de la juventud consumida por las drogas.

El escenario es la ciudad de Edinburgh, Escocia, en donde un grupo de jóvenes se reúne en un apartamento con un solo fin: consumir heroína, inyectarse la droga hasta que queden casi inconscientes. Hay un par de escenas que, con sencillos recursos, reflejan el “viaje” que hace Mark Renton (Ewan McGregor) bajo los efectos de la droga, una de ellas icónica del cine de los 1990. La escena es simplemente asquerosa (no se recomienda estar comiendo al momento de verla), cuando Renton se sumerge en un retrete (en el “peor baño de Escocia”) para rescatar un par de supositorios. No podía haber una mejor imagen simbólica, con todas sus sarcásticas intenciones, para reflejar el hundimiento de Renton en su adicción a la heroína.

“Escoge una vida, escoge un trabajo, escoge un hogar con el cual empezar,…” es la frase con la que Mark abre la película, mientras es perseguido por los guardias de una tienda. Lo que viene, es el camino -o apenas el comienzo de ese camino- que Mark emprende para encontrar una salida a las drogas. En ese camino veremos las aventuras de Mark con sus amigos, con quienes forma un puñado de inútiles, que gustan de ir a la disco, al pub, intentar ligar, jugar billar y ver, de vez en cuando, cómo uno de sus sociópatas amigos, Begbie (Robert Carlyle) se enfrasca en peleas por cualquier cosa.

Nunca vemos el porqué de la adicción de Mark, de sus amigos, Sick Boy (Johnny Lee Miller) y Spud (Ewen Bremner), sino las consecuencias. Mientras, vemos cómo otro de ellos, Tommy (Kevin McKidd) acaba convertido en un nuevo adicto a la heroína, con consecuencias fatales. Los ambientes que logra crear Danny Boyle son opresivos, especialmente en una delirante escena dentro de la habitación de Mark, luego de intentar desintoxicarse.

Las drogas son un personaje más en la película. Para salir del agujero en el que se encuentra atrapado Mark, las drogas también juegan un papel importante hacia el final. A pesar de todo, el relato, como en todo el cine de Danny Boyle, esta dosificado con humor e ironía, y hay diálogos que nos hacen sentir como en una película de Quentin Tarantino. Trainspotting es como la cara opuesta a, por ejemplo, Requiem for a Dream, otra película sobre los fatales efectos de la droga en la juventud, aunque más cruda y sin la comicidad que Boyle consiguió imprimir a su adaptación del libro de Welsh.

++Disponible en edición austera y una edición especial para coleccionistas. Esta última, además de tener estuche metálico, contiene el montaje definitivo del director. Entre los extras se pueden encontrar una entrevista con el director Danny Boyle, con los productores Andrew Mac Donald y John Hodged así como con el autor del libro original, Irvine Welsh. Además, contiene el trailer original, biografías, 9 escenas eliminadas, audiocomentario de la película, el "Cómo se hizo Trainspotting" y un exclusivo libreto de 16 páginas.

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