martes, 15 de enero de 2008

DVD: CHICAGO * * * * *

Dirigida y coreografiada con maestría por Rob Marshall, Chicago (E.U.-Canadá, 2002), es un musical en la que no hay una sola nota falsa, en cada uno de los ingredientes que lo conforman: en su magnífica música, en sus actores derrochando profesionalismo y, lo mejor, en su gran integración del relato cinematográfico con los números musicales. Chicago es la adaptación del famoso musical de Broadway, escrito por Maurine Dallas Watkins, con libreto de Bob Fosse y Freb Ebb, que cuenta la desafortunada historia de Roxie Hart (Renée Zellweger, versátil y encantadora), una aspirante a convertirse en cantante de cabaret. La soñadora e inocente Roxie tendrá un enfrentamiento con la "ciega" justicia de Chicago, cuando caiga en prisión por haber asesinado a su amante. Su bienintencionado esposo, Amos Hart (John C. Reilly), hace todo lo posible por defender y ayudar a su querida Roxie, quien termina por recurrir al astuto abogado Billy Flinn (Richard Gere, sorprendiendo con sus dotes para el canto y baile), aconsejada por Big Mama Thorthon (Queen Latifah), líder de las presidiarias.

El nombre y rostro de Roxie inundarán las páginas de los diarios, gracias a las estrategias que Flinn lleva a cabo para conmover a la opinión pública, desbancando con eso a Velma Kelly (Catherine Zeta-Jones, brillante en toda la extensión de la palabra), bailarina y cantante profesional del cabaret donde trabajaba Roxie, de las preferencias de la opinión pública y que también se encuentra en prisión.

Adaptada por el guionista Bill Condon (su más reciente adaptación fue el musical Dream Girls), la estructura del musical no resulta nada convencional. A través de un montaje ágil, acorde a los ritmos jazzísticos, en Chicago los highlights musicales se combinan notablemente con una siempre interesante narración cinematográfica. Ambos lenguajes se integran de maravilla, quedando así el filme alejado de cualquier viso teatral.

En ese sentido, existe un derroche de destreza técnica en la dirección de cámaras, que logra capturar hasta el mínimo detalle las coreografías, dirigidas por el propio Marshall, sin que se pierda el espíritu de la obra original. Aunque Marshall no lo piensa dos veces, y le imprime su sello personal a los bailes, un poco de su propia cosecha, sin romper totalmente con las coreografías construidas por el multipremiado Fosse, quien ganara el Oscar a Mejor Director en 1972 por la dirección de Cabaret (1972).

Renée Zellweger (cuya actuación le valió una nominación al Oscar) ofrece una Roxie Hart dotada de un encanto único, tierno y carismático a la vez, una interpretación completa, de lo mejor que se puede apreciar en este ambicioso trabajo. De antología resulta el número, “Ambos forcejearon por la pistola”, cuando Roxie finge ser una marioneta en manos del cínico Billy Flinn. De más está mencionar todas las virtudes del diseño de arte, de la ambientación, los vestuarios e incluso, los peinados, etc., los recursos para unas estupendas caracterizaciones. Chicago es una amalgama divertida y vital, de otros subgéneros, como el cine carcelario, el de juzgado, todo con fuertes aires críticos hacia los medios de comunicación (la prensa amarillista, la voracidad de los paparazzi, el sensacionalismo), tratado con desenfado, humor y, por supuesto, mucha, mucha música.

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