viernes, 28 de noviembre de 2008

LE BALLON ROUGE * * * *


Este cortometraje, de una simpleza contundente, tiene como protagonistas principales a un niño y su hermoso globo rojo. En su momento, El Globo Rojo (Le Ballon Rouge,1956), dirigido por Albert Lamorisse, fue sumamente aclamado: Óscar al “Mejor Guión Original”, Palma de Oro al “Mejor Cortometraje” en Cannes, y varios reconocimientos más, contribuyeron a que esta modesta obra tuviera su lugar destacado en la Historia del Cine.

El filme destaca por su buen uso del sonido ambiental. Lamorisse nos introduce en el mundo citadino que el niño tiene que enfrentar, para así poder conservar su preciado globo. A falta total de diálogos (se dejan escuchar a veces algunas palabras ininteligibles), los únicos recursos para narrar el relato son, además del sonido ambiental, una especie de ejercicio de improvisación por parte de las personas que terminan involucradas en la historia.

Todo comienza cuando el niño ve un globo atorado en un balcón, el cual escala con suma habilidad para rescatarlo. El niño caminará feliz y despreocupado por las calles parisinas, llevando su reluciente globo. Tendrá dificultades para subir al tranvía, en algún momento se le escapará de sus manos y, además, un juguetón perro intentará apoderarse del globo para jugar con él. El mayor contratiempo será cuando el globo comience a dar señales de tener vida propia.

La maestria de Lamorisse consiste, más que otra cosa, en convertir al globo en un personaje más. El globo vendrá a ser un fiel compañero del niño, a quien no abandonará en ningún momento. Muchas de las interacciones del niño (Pascal Lamorisse, el hijo del realizador) con la gente que va encontrando en su camino, están lejos de parecer escenificadas. Lucen espontáneas, naturales, y los transeúntes acaban siendo cómplices e inocentes víctimas de lo que va sucediendo en el relato.

La edición es magnífica, le da a la historia un logrado ritmo, junto a unos buenos emplazamientos de cámara, que Lamorisse estratégicamente sitúa en calles y callejuelas claustrofóbicas, para transmitir así una sensación de opresión, haciéndonos temer por la integridad del globo.

Una de las constantes de Lamorisse en su corta filmografía, conformada por otros cortometrajes, como Crin Blanc: Le cheval sauvage (1953), fueron los globos y, especialmente, el tema del vuelo (Le Voyage en ballon). Dichos elementos estarán presentes en El Globo Rojo. En el conmovedor final, de la inocente tragedia vemos en escena a un numeroso grupo de coloridos globos, que han escapado de sus dueños para unirse al pequeño protagonista y llevárselo volando, de un mundo, aparentemente, insensible.

4 comentarios:

Joel Meza dijo...

Excelente seguimiento a E.T. El Extraterrestre, Alex. Excelente.

Alex dijo...

Muchas gracias Joel. Es una de mis películas favoritas y más entrañables de mi infancia, junto con The Neverending Story (la primera, nada más, las secuelas quedan fuera).

Por cierto, jaja, has visto Le Ballon Rouge??

Joel Meza dijo...

Sí, Alex, precisamente por éso decía lo del seguimiento. Qué mejor relación incomprendida entre un niño y un "extraño" que El Globo Rojo. No me extrañaría encontrar que pudiera haber sido una referencia de Spielberg cuando hizo E.T.
Y ya va siendo hora que consiga El Globo Rojo para ponérsela a mi hijo. Estoy seguro que se convertirá en una de sus favoritas.

Anónimo dijo...

necesidad de comprobar:)

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