martes, 3 de junio de 2025

THE SUBSTANCE

  

Muchos dicen que La Substancia es "el regreso" de Demi Moore, pero en realidad ¿cuándo se fue? Creo que nunca. Retirada nunca estuvo, y si bien no tuvo papeles principales hasta ahora, sí tuvo actuaciones secundarias buenas, como en Mr. Brooks, The Unbearable Weight of Massive Talent, Corporate Animals, y  en la serie Feud. Además, no necesitaba mucho demostrar que es una buena actriz, cuando ya lo habíamos comprobado antes en Ghost, Indecent Proposal, o A Few Good Men. Lo que pasa es que nunca la habíamos visto antes en un filme como La Substancia, en donde incursiona por primera vez en el género del "horror corporal" al puro estilo de David Cronenberg. 

La francesa Coralie Fargeat, directora del filme, le rinde homenaje a Cronenberg en la que (al menos para quien ésto escribe), es el mejor trabajo de su filmografía. En La Substancia Fargeat mezcla horror y ciencia ficción, géneros de los cuales  sabe algo, como lo demostró antes en sus filmes Revenge y su corto Reality, respectivamente. Además, Fargeat toma un poco   prestado de La Mosca (versión Cronenberg) justo en el tercer acto de la película, y también del cine serie B de los años 1950 y 1960. En ese sentido, de vivir todavia Vincent Price hubiera quedado excelente como el creador de la substancia del título.  De hecho, nunca vemos en el filme quién es el creador de la substancia, la cual promete a quien la use el "convertirse en una mejor versión de sí mismo". MUBI (plataforma en donde puede encontrarse la mayoría de la filmografía de Fargeat) estrenó la película casi en simultáneo en cine y en su plataforma digital. 

El comienzo del filme es intrigante: la creación de una estrella en el paseo de la fama de Hollywoood desde cero hasta que le  colocan, en letras de oro, el nombre de la homenajeada. En este caso es Elisabeth (Demi Moore), la protagonista del filme, actriz que para algunos ya ha vivido horas extra en el mundo del espectáculo. Uno de ellos es Harvey (pero no Weinstein, interpretado por un genial Dennis Quaid), un escandaloso y repulsivo productor de tele, el cual, debido a una escena en un restaurante, me dejó sin ganas de comer camarones por algún tiempo. A Harvey no le importa lo espectacular que todavía luzca Elisabeth haciendo ejercicio en vivo en un programa de televisión, ya que para él la famosa actriz ya es historia antigua, siendo hora de buscar al nuevo rostro (y cuerpo) que la sustituya. 

De la nada le cae a Elisabeth la oportunidad de hacer una especie de pacto con el diablo para beber de la fuente de la juventud, cuando se entera sobre una cosa simplemente llamada "la substancia". Sin ver antes testimonios de otros, y sin que en el instructivo haya advertencia de algún tipo en letras pequeñitas, Elisabeth decide probar la substancia, que debe administrarse con algo que parece diseñado para hacer lavados caseros de colon.

La substancia será su boleto para vivir una pesadilla entre surreal y kafkiana; repugnante y dolorosa físicamente. Sin duda el producto  cumple lo que promete, aunque no de la forma en que su consumidora lo pensaba. Decía que algo hay del cine de Cronenberg en la película, pero también el diseño de arte en varias escenas parece inspirado en The Shinning, de Kubrick (esa alfombra de los estudios de televisión y su baño). El Retrato de Dorian Gray, de Wilde, con la idea del retrato que se queda en casa deteriorándose, envejeciendo, y desgastándose, mientras que el retratado disfruta de los placeres de no envejecer y permanecer siempre joven, me vino a la mente después de haber visto el filme por segunda vez. Ésto, junto a una crítica paródica al cruel e ingrato (especialmente con las mujeres) mundo del espectáculo, hacen de la película de Fargeat un filme original, inclasificable, asqueroso en su última secuencia, nada consecuente con nosotros como audiencia.   

Casi olvidaba a Margaret Qualley, quien interpreta a Elisabeth rejuvenecida. Aunque no es precisamente un clon de Demi Moore, Qualley hace un gran trabajo. Es imposible quitar los ojos de la pantalla cada vez que aparece, con la cámara sin dejar de examinarla de pies a cabeza, como si tratara de convencernos que la substancia realmente funcionó en cada poro de su piel, en algo que pude resumirse como un culto al cuerpo y a su decadencia. Qualley tiene la oportunidad aquí de mostrar todo su potencial como actriz, luego de verla en Once Upon a Time in Hollywood (de Tarantino) interpretar, en un papel muy secundario, a una de las seguidoras de Charles Manson. 

Disponible en #Mubi y a la renta.

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