jueves, 24 de enero de 2019

MORTAL ENGINES

Hera Hilmar.
¿De haber sido dirigida por Peter Jackson, Mortal Engines hubiera podido estar mejor? Tal vez. El caso es que, aún estando desde el asiento de guionista y productor junto a Philippa Boyens (ambos responsables de las, por el contrario, más exitosas franquicias de El Señor de los Anillos y El Hobbit), Mortal Engines se queda a mitad de camino. A penas y a rastras, Engines es un filme para pasar el rato y palomear.
Adaptación de una novela escrita por Philip Reeve, el gran problema de Engines es que es un amalgamiento de cosas que ya hemos visto antes, y mucho mejor; un pastiche de otros filmes futuristas y apocalípticos. El espectador más exigente, echará de menos algo más de verdadera originalidad.
Dirigido por Christian Rivers (más experimentado en el departamento de efectos especiales, que en dirigir), la película se puede calificar como "Mad-Max-versión-Ciudades- Rodantes". Si por algo vale la pena verla en pantalla grande, es nada más por el espectáculo de ver una Londres futurista (la historia se ambienta más de mil años en el futuro) moverse sobre-ruedas, a través de laderas desoladas e interminables. De hecho, la escena que abre el filme (que prometía mucho más de lo que al final ofrece la película) es con Londres persiguiendo a gran velocidad a unos rebeldes, quienes van rodando en una ciudad más pequeña y destartalada. Quien los persigue es Thadeus Valentine (Hugo Weaving), un político carismático y popular, aunque con doble cara y dudosos propósitos (al final, como todos los políticos).
Un arma atómica llamada "Medusa" ha destruido la civilización moderna durante la "Era de la Pantalla" (es decir, la que ahora vivimos, con smartphones y tabletas). Cualquier artefacto o resto de tecnología de aquella época, es conservada en el Museo de Londres, en donde trabaja un experto en la materia, Tom (Robert Sheehan). Por una u otra razón, Tom acaba desterrado de la ciudad, pero no estará sólo en su aventura. Una chica, Hester (Hera Hilmar), con el rostro marcado por una larga y fea cicatriz, busca asesinar a Thadeus para vengar a su mamá.
Engines se nota como un proyecto muy secundario de Peter Jackson, al que no puso un cuidado o interés suficiente. No nada más hay mucho de Mad-Max, sino que la película toma mucho también de Brazil (Terry Gilliam), y hay algo de Howl's Moving Castle (Hayao Miyazaki), ambos filmes superiores en todos los aspectos. Hay escenas que incluso recuerdan a Star Wars (también hay batallas en el aire), con un par de personajes como piezas de un rompecabezas que entran en la historia a fuerza de calzador, como el personaje de Anna (Jihae, de Mars), una piloto, no tan interesante como debiera. También tenemos una especie de cyborg-zombie, de nombre Shrike (Stephen Lang), que se parece a Clint Eastwood y es parte importante del pasado de Hester. La película se puede ver, aunque con muchas reservas; es de esas películas que acaban en el baúl del olvido. 

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