lunes, 24 de noviembre de 2014

PHILOMENA * * * *

ESPERANZA MATERNAL. Judy Dench y Steve Coogan.
El caso de Philomena Lee no podría ser cinematográficamente más atrayente. La historia de una chica irlandesa, quien viviendo en un internado de monjas durante los 1950s, quedó embarazada, luego de tener un pequeño noviazgo con un chico al que conoció en una feria. Regañada por la madre superiora al haber cometido un acto tan "pecaminoso", Philomena pudo tener a su bebé a pesar de todo, al cual le permitían ver ocasionalmente, mientras era cuidado por las monjas. Su alegría no duraría mucho, al ver un día cómo su pequeño Anthony, de 2 o 3 años, era dado en adopción a una familia norteamericana. Junto a otra niña, el niño sería llevado a Estados Unidos para siempre, mientras Philomena veía atónita de lejos, en lágrimas y desconsolada, cómo su hijo se iba para siempre. 

El reportero y periodista Martin Sixsmith (Steve Coogan), luego de ser despedido de la BBC, decidió relegar su proyecto de escribir un libro sobre Historia de Rusia, y sin estar muy interesado en historias "humanas", se abocó a escribir un libro sobre el caso de Philomena (interpretada por Judy Dench, con la maestría que siempre la caracteriza). Dame Judy Dench le da al personaje una inocencia y vulnerabilidad impresionantes, considerando los personajes más enérgicos y de fuerte personalidad que siempre la han caracterizado. Steve Coogan no sorprende poco (productor también de la película), en plan serio y tranquilo, en el retrato que crea de un escritor de personalidad insufrible, sin mucho tacto, en camino de reencontrarse con su lado emocional, y que se considera a sí mismo agnóstico. Siendo Philomena una mujer septuagenaria muy religiosa y creyente, con mucho carisma, facilidad para conectar con la gente y buena vibra, la combinación no podría ser más irresistible.

Lejos de que los personajes hagan un explosivo cortocircuito, el resultado que consigue Stephen Frears en esta especie de road movie, es plasmar en pantalla una relación más cercana a la de una madre e hijo. Una interacción que es sensible, conmovedora, tensa a ratos y cómica en algunos otros.  Martin decide ayudar y acompañar a Philomena a E.U. para encontrar a Anthony, con la finalidad de escribir el libro sobre el drama que ha vivido desde joven. Hubo duras, y tal vez injustas y exageradas críticas de los medios en el Reino Unido, al considerar que la película -incluyendo su realizador- era parte de una campaña anticatólica, debido a la severidad con la que Martin crítica al Catolicismo en un par de  escenas, y en general por la mala imagen (que como siempre sucede en filmes británicos, como The Magdalene Sisters, en donde se juzga y crítica duramente el papel de las monjas y sus internados) con la que quedan las hermanas del Sagrado Corazón de Jesús en Irlanda. 

Frears consigue una película sencilla, algo televisiva incluso, sobre el amor maternal de una mujer, de  espíritu incansable, infatigable, esperanzada con encontrar a su hijo. Expresa preocupaciones que resultan enternecedoras, justo cuando en un diálogo gracioso con Martin, ésta le expresa su preocupación por que Anthony, entre otras cosas, tal vez haya acabado obeso. "La mayoría de los  norteamericanos son obesos. Mira el tamaño de las porciones que comen".

Es toda una aventura la que viven Philomena y Martin. Lo más interesante, es ver que tal vez en manos de un director de Hollywood, lo más fácil y predecible hubiera sido ver cómo Martin desarrolla un amor filial por Philomena, y ella uno maternal por él. Nada más lejos de eso. Nunca hay un total involucramiento emocional entre ambos, sino que, a pesar de que saldrán transformados de esta aventura, siempre habrá entre ellos una distancia que raya casi en lo profesional. Para Martin, no importa cuán enojado esté con las monjas por lo que le hicieron a Philomena, siempre lo importante será sacar adelante un libro que parece imposible terminar, al menos, con un final feliz. En ese sentido, para los que no conozcan la historia ni el libro ("The Lost Child of Philomena Lee") no estropearé el desenlace, pero es uno que tiene un giro sorprendente, emotivo, e inesperado.

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