viernes, 28 de marzo de 2014

DESPICABLE ME 2 * * * * *



AMOR A LA VISTA.  Gru podría encontrar a su otra mitad en
Despicable Me 2. 

Con Despicable Me 2 vino lo inevitable. Su protagonista, el otrora megalomaniaco villano de facha tétrica, Gru (Steve Carrell) encuentra el amor, muy a su pesar. De todas formas, en eso consistía la premisa de la primer película (2010), el ver cómo el despreciable, obscuro, amargado y traumatizado Gru escondía indicios de humanidad y bondad. Esta segunda parte es mucho más divertida y encantadora que la primera, gracias a que los geniales, amarillentos y enfundados en oberoles minions, están ahí nuevamente para salvar el show. No por ello Gru es menos interesante. Ahora tiene nuevos dilemas relacionados con la paternidad, y otros más románticos. 

Por primera vez veremos si el calvo personaje es capaz de lidiar con el hecho de que Margo (Miranda Cosgrove) ya no es una niña y le están empezando a gustar los chicos. Edith (Dana Gaier), la de "enmedio", sigue siendo la misma niña "ruda" de siempre, en tanto, la pequeña roba-corazones Agnes (Elsie Fisher) siente la ausencia de una figura materna en su vida. El proceso es de una comicidad que alcanza cotas extraordinarias. Steve Carrell vuelve a hacer una trabajo de voz fenomenal, con ese indefinido y extraño acento como de Europa del Este con el que dota a Gru. 

Sin embargo, son los minions (especialmente el trío formado por Kevin, Bob y Stuart) los que, irremediablemente, se acaban robando toda la película (voces realizadas por los mismos directores Pierre Cofin y Chris Renaud). Gru, retirado de su carrera como villano, se encuentra dedicado completamente a una relajada y pacífica vida como dueño de un negocio de mermeladas. Esto no durará mucho. El Dr. Nefario (Russell Brand) extraña planear las fechorías del pasado, y al mismo tiempo, Gru será violentamente reclutado por una extraña mujer pelirroja, Lucy  (Kristen Wiig), quien trabaja para una corporación secreta dedicada a combatir villanos. Gru tiene una misión: encontrar al inventor de una substancia que transforma, a lo Jekyll y Mr. Hide, en mutantes a todo aquel inyectado con la misma.

El villano con el que Gru tendrá que enfrentarse, es una creación estereotipada pero graciosa y funcional, por lo satiríca que resulta: El Macho (voz de Benjamin Bratt), disfrazado como luchador enmascarado mexicano. Gru tiene cuentas pendientes del pasado con El Macho. En ese sentido, el filme encuentra el lado cómico a elementos típicamente mexicanos, como la fiesta de "Cinco de Mayo", donde habrá sombreros de nacho rellenos de guacamole, o el hijo adolescente de El Macho, un chico que es el prototipo del latin lover, entre otros. 

Los directores, inteligentemente, les permitieron más espacio y tiempo a los minions para lucirse a sus anchas. Su humor slapstick, su lenguaje como alienígena (que suena como mezcla de japonés, italiano y francés), los hace imparables e incansables. Te estás riendo desde que aparecen en escena. No es exagerado afirmar que Despicable Me 2 es la mejor comedia animada de la que tenga memoria reciente. 


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