lunes, 12 de marzo de 2012

SILENT HILL * *

Cuando ví Le Pacte des Loups (2001), quedé sorprendido por la gran capacidad de su realizador, el galo Christophe Gans, para crear una excitante película que mezclaba fantasía y horror, así como un poco de artes marciales (por parte de Mark Dacascos, encarnando un indio norteamericano que peleaba como maestro de kung fu). Todo era narrado con un ritmo trepidante para las escenas de acción . Su visión estaba muy cercana a la de una novela gráfica con sabor gótico. Ahora, con Silent Hill (2006), el asunto toma un giro completamente diferente. Gans se vuelve a adentrar en el género del horror, pero de una forma no tan afortunada como antes.


La premisa argumental no deja de tener su grado de interés. Gans sabe como engancharnos desde el inicio. Una niña sonámbula (Jodelle Ferland, la niña de "Tideland") es rescatada por su madre (Radha Mitchell) y su padre (Sean Bean), cuando esta despierta cerca de una carretera. Basada en el videojuego homónimo, la historia (escrita por Roger Avary) empieza jugando con la interrogante sobre de qué lado debemos estar: el de Rose, la mamá, quien, aparentemente, se encuentra escapando junto a  la niña con rumbo desconocido; o el del  padre, de quien no sabemos si es la causa por la que aquellas se encuentran huyendo. Lo que sí es claro, es que la niña no parece muy estable y que su madre parece desesperada. En el camino, una muy sexy policia en motocicleta (Laurie Holden, y en serio, parece una stripper disfrazada) detecta de inmediato que hay algo mal y empezará a perseguir a Rose, creyendo que ha secuestrado a la niña.


Los verdaderos problemas para todos empezarán cuando Rose, su hija y la oficial de policia, lleguen a un pueblo fantasma llamado Silent Hill. La niña, totalmente perturbada, acaba perdida. Para Rose será el inicio de una pesadilla diabólica, enfrentando fenómenos paranormales, visiones retorcidas, espiritus que parecen no del más allá, sino de otro planeta o galaxia lejana; así como imágenes infernales que se funden con la realidad de una manera confusa. Es lo que Rose deberá sufrir mientras trata de encontrar a su hija. 


No me queda duda que Gans tiene una visión especial, casi privilegiada, para los relatos de horror. La película tiene un diseño conceptual interesante, algo que se encuentra entre imaginería "Heavy Metal", lo satánico, casi dantesco y, claro, imágenes estilo videojuego. Los que han visto el "cine" de Rob Zombie, sabrán más o menos de lo que hablo. El mayor de sus problemas, es lo caótico que acaba siendo la historia, un enredo incoherente que arruina el suspenso. Hay muchos clichés (el detective de policia ambiguo, ese rídiculo personaje de la mamá vagabunda y que parece bruja, encarnado por la guapa Deborah Kara Unger). La historia, además, está lejos de ser muy original, una cruza de The Wicker Man, con cualquier otra historia de horror paranormal ambientada en un hospital psiquiátrico. No se podía esperar más de un filme basado en un videojuego.


SILENT HILL: Laurie Holden protegiendo a Radha Mitchell
de un peligro inminente.


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