lunes, 3 de diciembre de 2012

EN GANSKE SNILL MANN * *

UN BUEN TIPO EN MALAS COMPAÑÍAS.
Stellan Skargard debe saldar una cuenta pendiente.

Stellan Skarsgard es un buen actor, versátil, y que ha sabido desenvolverse esplendidamente tanto en el cine nórdico como en Hollywood. De no ser por su nombre, sería difícil adivinar si es un actor sueco o americano. En ganske snill mann (A Somewhat Gentle Man, 2010) no tiene a Skarsgard trabajando en todo su potencial, pero ofrece una decente actuación. Creo que de haber tenido un guión mucho mejor en sus manos, no hay duda de que su personaje, Ulrik, no se hubiera sentido tan estancado y pasivo, sin mucho que ofrecer dramáticamente. 

Dirigida por Hans Peter Molland, la película tiene el serio problema de intentar ser una mezcla de melodrama y comedia, fallando en ambas, especialmente en este último campo. Es un típico humor nórdico, frío (perdonando la ironía) y cuadrado; en resumen, simplón, de ese al que le cuesta tratar de llegar al espectador.

Ulrik acaba de salir de prisión, y su mayor reto será ponerse al corriente en la vida que dejó afuera. No será nada fácil, ya que para su único hijo y esposa Ulrik está muerto. Con tan sólo su habilidad para arreglar coches, dos mafiosos y antiguos colegas le recuerdan a Ulrik que tiene que saldar una cuenta pendiente. El trabajo será asesinar a un hombre, por razones que irán siendo reveladas eventualmente. 

El crimen por el cual Ulrik fue encarcelado ha sido homicidio. Cuando tiene que contarlo a todo aquel que lo pregunta, lo cuenta de una manera incomprensiblemente casual, sin muestra de algún remordimiento o sentimiento de culpa. El tipo no es un psicópata ni nada parecido (o quién sabe, la verdad), pero haber matado a ese hombre es para Ulrik como un hecho más en su vida, nada agradable pero tampoco algo perturbador o que le quite el sueño.

Además de que no me pareció tan gracioso como sus realizadores seguro querían que fuera, el filme no parece más que una idea en la mente de su guionista sin haberla acabado de moldear y darle más forma. El sexo que presenta llega a ser gratuito y tan frío como el fallido humor. Como gag inicial, el hecho de que nuestro expresidiario deba tener sexo con la horrible mujer que le renta un cuarto, acaba gastándose. No tiene mucha necesidad de hacerlo con lo que gana trabajando de mecánico, y teniendo una posible conquista en la mujer que administra el taller. 

Como personaje, Ulrik es al final desesperante. Empieza siendo interesante su imperturbabilidad, la de alguien que parece esconder una furia o fortaleza escondida. Lo malo, es que para la segunda mitad no es más que un sujeto exageradamente imperturbable, hueco, sin muchas emociones y que, al final, no revela ninguna sorpresa. 



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