lunes, 8 de octubre de 2012

MISTRESS * *

Una película que, a pesar de su muy atractivo elenco, no fue muy popular. Su look es tan televisivo, que parece haber sido estrenada, en su momento, únicamente en vídeo. En realidad, tuvo estreno en cine en E.U. y se proyectó sólo en un puñado de países (España, Francia, Argentina). El reparto incluye a Robert De Niro, aún luciendo su look de "Cape Fear". Eli Wallach, Dani Aiello y Martin Landau, acaban por redondear el reparto, sinceramente, muy desperdiciado. Mistress (1992) es algo misógina, y trata sobre el mercadológicamente voraz mundo del cine comercial de Hollywood. Una de sus potenciales víctimas es -para no variar- un aspirante a guionista, Marvin (Robert "Batman" Wuhl, un rostro popular en el cine de los 1980-1990, ahora muy desaparecido), quien a sus cuarenta-y-algo-de-años se gana la vida grabando videos "instruccionales" baratos (sea lo que sea eso, pero bueno, poco importa en la trama). Su agente, el desesperado Jack (Martin Landau) le avisa un buen día que tiene unos productores interesados en llevar al cine uno de sus guiones. Sin embargo, la cosa no será tan prometedora como nuestro guionista esperaría.

El mayor problema con esta película, dirigida por el actor Barry Primus (con nula experiencia dirigiendo cine y alguna dirigiendo televisión), es la nada interesante historia. Los productores tienen pinta de mafiosos, interpretados por Wallach, Aiello y De Niro, cada uno con diferentes presupuestos, pero una condición en común: que sus novias y amantes tengan un papel en la película. No cualquier papel, sino el mejor. Además, cada uno sugerirá cambios al guión, cambios en la historia, tono, etc. que pondrán a Marvin con los nervios de punta. Por otro lado, Marvin tiene problemas con su esposa (Laurie Metcalf). 

Con esto, uno esperaría una comedia sobre las dificultades de un aspirante a dar el gran paso al cine, sus tropiezos y altercados con los productores y sus parejas. O también, una semi-profunda película "arthouse" sobre los dilemas artísticos de un escritor. Algo hay de esto último, pero, desafortundamente, todo se queda en una tiesa y rutinaria historia. La trama no avanza más allá de reuniones en restaurantes, que Marvin y sus posibles productores tienen. Sí, es algo misógina, por que sus personajes femeninos no pasan de ser simples actrices frustradas, amantes resentidas o esposas deprimidas, sin mucho espacio en la historia. Hay un par de cameos: Ernest Borgnine ("como él mismo") y Christopher Walken. Pero nada por lo cual emocionarse.

PRODUCTOR DE MIEDO. Robert De Niro como el productor de cine.

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