viernes, 5 de agosto de 2011

CAPTAIN AMERICA: THE FIRST AVENGER * * 1/2

EL ABUELO DE LOS AVENGERS. Chris Evans.
Joe Johnston (de quien me gustó mucho The Rocketeer) dirige sin mucha inspiración este revival del Capitán América (superhéroe de la casa Marvel, creado por Jack Kirby y Joe Simon).  Con una paleta de color entre sepia y technicolor, el diseño de producción es plano, y sin la intención de darle la más mínima personalidad visual a la película. Es como el diseño de “Sky Captain and the World of Tomorrow”, pero llevado con una grisácea pereza. Lo mismo se puede decir de la película en general, lenta y aburrida. Pasada la primera mitad, no podían interesarme menos los dilemas de Steve Rogers (Chris Evans, de  “Fantastic Four”), un flacucho, enfermizo, y ordinario tipo, pero con espíritu patriótico de sobra. Steve desea enrolarse en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, para combatir a los nazis.

Steve termina siendo el conejillo de indias de un experimento secreto, que involucra el desarrollo de una substancia muy cercana a esteroides. No le irá del todo mal, ya que Rogers acaba convertido en un hombre musculoso, fuerte, y atlético. No nada más podría acabar con los nazis con una mano amarrada detrás, sino ganar una docena de medallas de oro en las Olimpiadas. No pasará mucho tiempo para que Rogers se transforme en el Capitán América, y ser considerado un arma secreta del ejército. Enfundado en un uniforme tricolor, y armado tan sólo con un escudo poderoso e indestructible (que usa como si fuera un boomerang), el capitán empezará siendo un ridículo instrumento de propaganda militar.

Su némesis es Red Skull (Hugo Weaving), un general nazi, quien tiene el tal vez muy irreal objetivo  de ser más poderoso que Hitler. El general se encuentra experimentando con un mítico y poderoso cubo, aunque a medio camino, terminará como un villano deforme de cabeza roja.

La película tarda mucho en verdaderamente despegar. El Capitán América está lejos de ser un superhéroe con una historia de fondo interesante. Los primeros minutos son graciosos, ya que giran en torno a la débil condición física de Steve (Chris Evans con una fisonomía cambiada, gracias a la magia de los efectos digitales al estilo “Benjamin Button”). 

Hasta el final tenemos al superhéroe en forma, con tan sólo 2 o 3 buenas escenas de acción. Tommy Lee Jones es lo mejor de la película, interpretando al coronel Chester Phillips, con su brillante naturalidad y facilidad para ser gracioso sin mucho esfuerzo. Las puertas quedan abiertas, al final,  para una secuela. Lo malo, es que después de ver una plana y desechable película de inicios de un superhéroe, no quedamos muy ansiosos para que llegue dicha segunda parte. 

1 comentario:

Neurotic Marianita dijo...

Me da bastante pereza tanta película de superheroe que en los últimos 2 o 3 años invaden el verano... qué no hay más ideas!!!???

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