martes, 16 de marzo de 2010

TORRENTE, EL BRAZO TONTO DE LA LEY * * 1/2

Santiago Segura y Tony Leblanc en "Torrente, el brazo tonto de la ley", una parodia del thriller policiaco hollywoodense y las buddy movies.






Me siento culpable. Con Torrente, el brazo tonto de la ley (1998), primera película sobre el decadente policia madrileño creado e interpretado por Santiago Segura, me he reído. No a carcajada suelta, pero hubo algunos gags, diálogos y personajes bizarros, que acabaron por hacerme reír. En sí, Torrente es una caricatura vulgar y misógina, pero si hay un logro en esta famosa creación del, de todas formas, fuera de lo común Santiago Segura, es que está pensado para que nos burlemos de todas sus desgracias. Torrente es una parodia del típico thriller policiaco hollywoodense, hace mofa de los convencionalismos del género y su personaje intenta ser una especie de antihéroe.

Lo gracioso de José Luis Torrente, es que parece todo menos policia; un tipo que vaga por bares de tapas y calles de Madrid luciendo más como un pobre diablo que otra cosa. A pesar de haber sido echado del cuerpo policiaco 3 años atrás, en su cabeza Torrente cree que sigue siendo un policia, con misiones que cumplir y todo. Está de más decir que Torrente es una película escrita y pensada para un público masculino, además de que está años luz de ser un trabajo con una mínima calidad cinematográfica. Pero no nos pongamos tan exigentes con una comedia descerebrada que no pretende ser más que eso, y que tampoco demandará verse una segunda o tercera vez.

José Luis Torrente va por las calles en un auto viejo, escuchando flamenco y es un acérrimo seguidor del "Atleti" de Madrid. De lejos, califica para ser el epítome del nacionalista español hasta la médula. Torrente vive con su anciano padre (Tony Leblanc), y lo utiliza para ganar dinero, sacándolo a pedir limosna en una silla de ruedas. Mientras, el tipo va en busca de aventuras, y en su camino se topara con Rafi (Javier Cámara), inocente, tímido y con gafas de considerable graduación, encargado de llevar el negocio familiar de pescadería. En resumen, Torrente y Rafi serán un “dúo dinámico” venido a menos; la pareja perfecta para parodiar, de paso, las buddy movies policiacas: el “maestro” (Torrente) enseñando al tal vez no tan inocente “alumno” (Rafi), quien desea convertirse en policia.

La trama es lo de menos. Siendo Torrente radical en su nacionalismo (“Estamos llenos de negros y árabes cada vez más…”), su misión será desmantelar una red de narcotráfico, en la que inmigrantes chinos están involucrados, junto a una mafia local. Mientras, vemos cómo Rafi es el personaje más interesante, al ser el que va tomando más confianza y seguridad en sí mismo, Torrente, por el contrario, al final seguirá siendo el mismo pobrediablezco y lastimero tipo de siempre. En la escena final la película se cae rotundamente (la escena dentro de la ambulancia, poco antes de los créditos), y por otro lado, Torrente decepciona como personaje, al ser completamente unidimensional. Dentro de toda su decadencia, defectos y miserias típicamente masculinas, no tiene alguna otra cualidad a la cual podamos asirnos. Es verdad, es una caricatura; es verdad que todavía tiene cierto sentido del deber, pero,… ¿Eso es todo lo que Torrente nos puede ofrecer? Como dije, tal vez esté exigiendo demasiado.

++ Disponible en una edición especial del 10° aniversario, con extras como el trailer cinematográfico, spots de TV, el "Cómo se hizo", videoclips, escenas inéditas, galería, "Más sobre Torrente: El director", los actores y "Torrente y los Goya".

2 comentarios:

Joel Meza dijo...

Vamos, Alex, yo creo que sí exiges demasiado de Torrente. El humor es de lo más vulgar, los personajes pecan de unidimensionales pero si uno entra en la sintonía correcta, las carcajadas están garantizadas.
Es más, ya me dieron ganas de ver alguna.

Alex dijo...

Claro Joel! Pero es que precisamente en la reseña lo que trato de decir es eso: Si se quiere, al menos, pasarla bien con una peli de Torrente, será mejor no ponerse demasiado exigente, jajaja. Creo que me ha quedado en verso. Y lo vuelvo a confesar, me he reído. ¿Ya has visto las tres películas que hay hasta ahora?

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