martes, 15 de mayo de 2018

AVENGERS: INFINITY WAR * * * *

JUNTOS Y MUY REVUELTOS. Los Avengers y los Guardianes de la Galaxia
unen fuerzas contra una nueva amenaza. 
Las películas de los Avengers se sienten como una especie de reuniones familiares a gran escala. Nadie queda fuera de la lista de invitados. En Avengers: Infinity War, la tercera película de los superhéroes de la Marvel, tenemos otra de esas reuniones, pero en esta ocasión es una verdaderamente masiva y épica. En esta gran recaudadora de dinero (hasta este fin de semana ha recaudado alrededor del mundo 1 billón, 606 millones de dólares, nada más), los Vengadores han decidido olvidar sus diferencias vistas en "Captain America: Civil War". Además, se han colado a la fiesta los Guardianes de la Galaxia. Los universos de los Vengadores y los Guardianes se fusionan en Infinity War de forma afortunada, todos juntos y algo revueltos. Tenemos prácticamente dos películas en una, incluyendo una secuela de Guardians of the Galaxy, y con calzador han metido una "semi-secuela" de Black Panther.
Mientras DC Comics sigue luchando por ganarse la simpatías de críticos y cinéfilos, Marvel apuesta ahora por un híbrido descomunal. Se escucha como un banquete del que quizás salgamos indigestos, pero curiosamente, Infinity War termina siendo de las mejores películas de los Vengadores a la fecha. La excusa para juntar a todos estos personajes son las piedras "Infinity" (de las que ya escuchamos en las películas de los Guardianes). Ahora, Thanos (voz y rostro de Josh Brolin), el villano en esteroides, busca hacerse de toda la colección de 6 piedritas, para ponerlas en un puño dorado, y así conquistar el universo.
Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) es la nueva adición al clan de los Vengadores (sustituyendo a Jeremy Renner y su Hawkeye, quien por alguna extraña razón no aparece), debido a que él posee una de las piedras. La otra está en poder de Vision (Paul Bettany). La invasión de Thanos a la Tierra es inminente. Los primeros en estar alertas son Iron Man (Robert Downey Jr.), Bruce Banner (Mark Ruffallo), y Spiderman (Tom Holland). Y digo Bruce Banner, por que una de las bromas recurrentes en la trama es su impotencia al no poder transformarse en Hulk.
A pesar de ser una película de los Vengadores, y que hay cosas importantes pasando con Thor (Chris Hemsworth, todavía con el look de cabello corto y parche de "Thor: Ragnarok"), con Tony Stark, quien tal vez no pueda asistir a su propia boda con Pepper Pots (Gwineth Paltrow), y Vision (para él sería fatal el perder la piedra que tiene incrustada en la frente), el verdadero centro dramático tiene que ver con los Guardianes. Gamora (Zoe Saldana), tiene un secreto de su pasado que complicará las cosas en su relación con Peter Quill (Chris Pratt), y claro, con el destino de la galaxia.
Es cuando nos damos cuenta que hay personajes multidimensionales y que nos importan. Al final, en este nuevo filme, dirigido por los hermanos Anthony y Joe Russo (directores de las películas del Capitán America "Winter Soldier" y "Civil War"), hay un buen balance entre acción, drama y humor, debido a que estamos frente a superhéroes que no se toman muy enserio a sí mismos, ni se dejan hundir tanto en sus conflictos. Toma nota DC Comics.

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