sábado, 1 de abril de 2017

LOGAN * * * *

Hugh Jackman tomando su segundo aire como "Wolverine".
Desde que vemos el poster de Logan, sabemos que nos enfrentamos a una película de "Wolverine" que es arena de otro costal. Esta tercer película (que en su título usa por primera vez el nombre original del personaje) sobre el "X-Man" con capacidad para autoregenerarse, navajas retráctiles en las manos, y esqueleto indestructible de adamantium, aborda el gradual ocaso del superhéroe. Wolverine se enfrenta ahora al deterioro y la vejez al ver sus poderes desvanecerse. Es su filme más sangriento y violento a la fecha (el primero en ser clasificado sólo para adultos), Hugh Jackman retoma al personaje por novena vez, y lo hace con una energía, fuerza, y en especial, peso dramático nunca antes visto. Logan se siente como un western instalado en un futuro lejano (año 2024), con la escuela del ahora nonagenario profesor Xavier (Patrick Stewart) como un recuerdo del pasado, y en donde incluso hay cómics inspirados en las hazañas de los X-Men. En la zona fronteriza de México, nuestro héroe -ahora trabajando como chofer-, debe cumplir con una misión: llevar a una poderosa niña mutante (Dafne Keen, verdaderamente temible) a Dakota del Norte, a un lugar llamado "El Edén", en donde se presume otros niños mutantes han huido de una persecución llevada a cabo por un científico (Richard E. Grant). Logan está llena de violencia inquietante, sobretodo en las escenas donde vemos a la niña mostrar su lado menos vulnerable y más letal, ejecutando villanos en un parpadear. Aunque la historia es esencialmente una trama de persecución-y-huída, lo más rescatable de la misma es la completamente nueva y más madura dimensión que se le da al personaje. ¿Será este el capítulo final?

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