miércoles, 10 de agosto de 2016

THE LEGEND OF TARZAN * *


Alexander Skarsgard como Tarzan.
Tarzan está de regreso en el cine. Son de esa clase de acontecimientos que crean demasiadas expectativas. ¿Dará su clásico grito salvaje el también conocido como "Rey de la Jungla"? ¿Peleará con leones y cocodrilos? ¿Saldrá la tataranieta de Cheeta haciendo monerías? Desafortunadamente, The Legend of Tarzan, la nueva película sobre el clásico personaje de la literatura y el cine, criado por simios en la selva, se queda a medias en todo. Su grito aquí apenas es un eco que se pierde en la espesa jungla, dejándonos colgados en una liana con un signo de interrogación enfrente. David Yates (director de las últimas películas de Harry Potter, y que este año nos tiene expectantes con "Fantastic Beasts and Where to Find Them"), presenta la más desangelada y poco interesante versión del personaje (creado por Edgar Rice Burroughs en la clásica novela "Tarzan of the Apes"). Alexander Skarsgard es el elegido para llenar los zapatos de Johnny Weissmuller (y los pulmones también, para alcanzar las notas salvajes de su memorable grito), o incluso de Christopher Lambert (quien dio a Tarzan un look más salvaje y menos "limpio" en "Greystoke"). Quizás luzca físicamente más atlético y con músculo, pero creo que Skarsgard olvidó en el gimnasio el carisma que caracteriza al personaje. John Clayton/Tarzan, transformado ahora en un aristocrático y muy civilizado lord en Londres, no puede resistir la oferta de un extravagante y entusiasta diplomático americano (Samuel L. Jackson) de regresar a su adorada jungla en el Congo. El propósito: servirle de guía en una travesía para investigar a un traficante de esclavos (Christoph Waltz, igualmente apagado y sin tener la vibrante energía a la que nos tiene acostumbrados), quien se encuentra explotando las minas de diamantes para la corona de Bélgica. 

El problema con este regreso de Tarzan, es el hecho de que la historia principal no es muy interesante, mucho menos entretenida. El "hombre mono" se reencuentra con su antigua familia adoptiva de simios, teniendo un ajuste de cuentas con cierto gorila del pasado, y se encuentra también con una tribu amiga, en problemas con los traficantes de diamantes. La película no tiene lo que hacían a las antiguas pelis de Tarzan memorables y disfrutables, como la sensación de aventura, de tensión, y peligros eminentes. Tampoco tiene la vertiginosa emoción de ver a Tarzán colgarse y columpiarse de  una liana a otra, o de saltar entre ramas en lo alto de los árboles. Todo eso se extraña. Además,  los constantes flashbacks, que nos llevan a ver los orígenes de Tarzan y su encuentro con Jane (Margot Robbie), no hacen más que alentar el ritmo del filme, haciéndola que avance a paso lento.  Al final, The Legend of Tarzan es de esos regresos cinematográficos decepcionantes. Es como esa pizza que te traen sin que la hayas pedido, y para colmo, te llega fría y sin algunas rebanadas. 

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