jueves, 20 de marzo de 2014

JUAN DE LOS MUERTOS * * * *

ZOMBIES EN LA HABANA.  Juan de los Muertos, a la caza de zombies. 

La respuesta del cine hispanoamericano a Shaun of the Dead. Si bien esta producción hispano-cubana se queda un par de pasos atrás de equipararse o superar a su contraparte británica, Juan de los Muertos (o Juan of the Dead, su título internacional) es una divertida película de zombies, una parodia-homenaje de las películas de George Romero, instalada en el lugar menos imaginado: La Habana. Sus efectos especiales, e incluso su maquillaje, no se comparan con los de una producción norteamericana, pero son aceptables, y esto se compensa con un cruel humor negro bien dosificado, así como una comicidad desenfadada y cínica. El argentino Alejandro Brugués, consigue adaptar impecable e ingeniosamente una historia de zombies al entorno social y político de cuba, en donde los "muertos vivientes" no se llaman zombies, sino "disidentes". Además, estos zombies tienen nuevas cualidades, ya que duermen y pueden andar bajo el agua. 

Aquí poco importa el por qué, de repente, turistas y ciudadanos cubanos empiezan a transformarse en zombies. En el barrio donde habita el Juan del título (Alexis Díaz de Villegas, especie de versión cubana de Jeff Goldblum) surge el primer brote, y de ahí, el total caos apocalíptico. Juan es un personaje, que a pesar de su pobrediablezca facha, de lucir y confesarse a sí mismo como un holgazán sin oficio ni beneficio, es un personaje que roza lo fascinante en una historia de este tipo. Al inicio, lo vemos a flote en un balsa, lo que hace imaginar lo más obvio: se encuentra en camino a Florida. Pero lo cierto, es que lo que menos quiere el tipo es huir de la isla, prefiriendo quedarse a cualquier otra cosa. Por otro lado, Juan es el improbable padre de una atractiva chica española (Andrea Duro), la cual no tiene mucha fe en las cualidades como padre de Juan. 

Para demostrarle a su hija que puede cambiar, Juan, incluyendo a Lázaro (Jorge Molina), su mejor amigo; un transexual, un fisicoculturista que se desmaya al ver sangre, y un tipo llamado California, formarán "Juan de los Muertos", corporación dedicada a dar muerte a los infortunados que hayan sido mordidos por zombies, a petición de sus familiares.

El mejor chiste -o uno de los mejores- es un hombre norteamericano (un actor hispano hablando en inglés) que aparece de la nada, con un parecido enorme a George Romero. Aunque la historia es el punto flojo (el asunto del negocio se olvida, y de manera indisciplinada la trama se va por otros rumbos), y hubiera estado mucho mejor de haber explotado más sus satíricas intenciones políticas, el trabajo de Brugués es entretenido, muy visible; sin mucho pudor a la hora de los diálogos y situaciones vulgares, quizás algo homofóbica, pero sin duda, sabiendo cómo ver el lado cómico a una película de zombies. 

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