martes, 27 de noviembre de 2012

JENNIFER'S BODY * *

Me fue difícil creer que la autora de un buen filme como Juno (2007) fuera responsable de haber escrito una película de más bajos estándares como Jennifer's Body (2009). Con todo y haber ganado el Oscar por Juno, la atractiva guionista apostó en esta ocasión por el terror adolescente serie B, con una historia sobre una apocada y tímida chica nerd y su bella amiga porrista. Una muy improbable y extraña combinación, lo sé. Ambas son interpretadas, respectivamente, por Amanda Seyfried y Megan Fox. La película abre con Needy (Seyfried), la tímida, encerrada en prisión, para luego ser confinada al aislamiento. Luce mentalmente afectada, traumatizada, y en su narración nos llevará hacia un largo flashback, para así enterarnos de cómo ha sido que llegó ahí.

Amigas desde la infancia, Needy y su más liberal amiga, la Jennifer del título (Fox), asisten a un concierto de rock en un pequeño bar. El lugar es consumido por un incendio, y Jenny decide irse a divertir con los músicos. Más tarde, Jennifer experimenta cambios, diabólicos y paranormales. Poseída por alguna fuerza demoniaca (vomita sangre, su rostro se transforma monstruosamente, tiene una fuerza y habilidades descomunales), Jennifer empieza una sangrienta serie de homicidios, matando a todos los chicos de su escuela. Como si fuera una viuda negra, Jenny, luego de seducirlos y arrastrarlos con sus encantos, mata sangrientamente a los desprevenidos jóvenes. Quién puede culparlos; vamos, es Megan Fox.

Megan Fox nunca ha exhibido notables talentos histriónicos. Su misión siempre es ser el atractivo visual de una película,. Sin embargo, aquí tiene un reto, actuar. El demostrar que no es nada más un cuerpo y cara bonita, sino intentar reflejar una cualidad vampírica, depredadora y mutante. Su Jennifer no es una gran creación como personaje, y Megan Fox se queda a medio camino en su trabajo de chica demoniaca, fuera de lo que pueda ayudarle el maquillaje. Tal vez no sea del todo su culpa, sino también de Karyn Kusama (Aeon Flux), la directora, tratando de hacer una película de terror mínimamente visible.

Si algo me gustó de la actuación de Megan Fox, fueron sus one-liners; esa actitud cool y su capacidad para cierto sentido del humor. La vía para ese humor es Needy, en quien Jennifer descarga, ocasionalmente, su sarcástico humor. Fuera de eso, no hay que confundirse, la película es bastante mala. No hay horror gore que funcione ni suspenso; así como tampoco un buen trabajo de maquillaje o una historia inquietante que me haya enganchado. Sabemos cómo termina todo y el final es, en general, desalentador. Siempre esperamos que en esta clase de películas haya un héroe o, en este caso, heroína. No tenemos nada de eso. Diablo Cody, simplemente, no tiene mucha madera para concebir esta clase de historias, y el resultado no es más que un subproducto genérico, olividable y en definitiva desechable.

OUCH! SE ME OLVIDÓ EL CIGARRO. Megan Fox es la diabólica Jennifer.

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