martes, 21 de junio de 2011

GYPSY * * * 1/2

Natalie Wood y Rosalind Russell en "Gypsy".

En este musical, dirigido por Mervyn LeRoy (Quo Vadis), prácticamente todas las canciones son interpretadas por la carismática Rosallind Russell. La actriz es una roba-escenas desde los primeros minutos. Russell encarna a Rose, madre de dos niñas artistas de vaudeville. Para Rose, el vaudeville es el máximo arte teatral que pueda existir, y hará todo por llevar a la fama a sus dos pequeñas (una más talentosa que la otra) en su pequeña compañía teatral ambulante.

Con letras de Stephen Sondheim y música de Jule Styne, estos dos aspectos son lo más rescatable y disfrutable en Gypsy (1962), basada en las memorias de Gypsy Rose Lee (Natalie Wood, con su característica inocencia y vulnerabilidad, en contrapunto con su magnífica voz). Aquí somos testigos del ascenso de Gypsy al estrellato, desde que es una niña tímida y con apariencia “masculina”, hasta convertirse en una bella cantante y actriz. Luchando –sin muchos problemas- por no acabar opacado por las fuertes presencias femeninas, el gran Karl Malden está brillante como el esposo de Rose, un hombre del espectáculo cuyo principal trabajo será aterrizar a Rose de sus sueños desbocados. Cada vez que Rose planea un nuevo número musical, es como sentir un torbellino.

Tanto el diseño de producción como la música son logrados. El trío que forman Russell, Malden y Natalie Wood es notable en todos los sentidos. El problema es que la historia no es tan memorable, ni hay números musicales tan rescatables. Acaso el de la vaca y los granjeros sea el único por su comicidad. Y de hecho el filme es gracioso la mayor parte del tiempo. En resumen, Gypsy musicalmente acaba siendo demasiado uniforme.

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