Beanie Feldstein y Kaitlyn Diver |
jueves, 27 de agosto de 2020
BOOKSMART
SANCTORUM
Preparándose para el fin del mundo. |
HVÍTUR, HVÍTUR DAGUR
Ída Mekkín Hlynsdóttir e Ingvar Sigurdsson |
Al inicio de A White, White Day (Hvítur, hvítur dagur), seguimos a un auto por una carretera cubierta de neblina. La sensación de un peligro inminente nos empieza a invadir, y no es revelar mucho el comentar que dicho auto se accidentará (ocurre en los primeros dos minutos), saliéndose del camino. Lo único que escuchamos es el ruido que el auto hace al caer. Más adelante, esta película, dirigida por el joven realizador islandés Hlynur Palmason, demandará una considerable paciencia del espectador. Durante cerca de una hora, no sabemos a ciencia cierta de qué trata realmente este filme, cuya historia tarda mucho en despegar.
El escenario es un pequeño pueblo, en donde el protagonista, un avejentado ex policía, Ingimundur (Ingvar Sigurdsson), ronda por su casa a medio construir. El mismo Ingimundur se encuentra construyendo la casa, a la que le faltan varias ventanas (con espacios cubiertos por plásticos), y con algunos caballos rondando por el lugar. Ingimundur se encuentra tomando terapia psicológica, y el resto de su tiempo libre lo pasa con su nieta, Salka (Ída Mekkín Hlynsdóttir), yendo a pescar salmón, o jugando en la casa. Concluir -o entender- lo antes descrito lleva algo de tiempo; el ir uniendo los puntos de su desarrollo; ir tejiendo los hilos de las relaciones de sus personajes, debido a la falta de detalles e información suficientes en un guión en extremo simple (escrito por el mismo Palmason). Cuando nos acercamos a la mitad, la historia finalmente toma vuelo, justo cuando Ingimundur descubra, entre las cosas guardadas de su esposa fallecida, que ésta le era infiel.
CLEO
Marleen Lohse como Cleo |
Cleo empieza como si hubiéramos abierto una caja de pirotecnia visual, que se dispone a desfilar de forma carnavalezca frente a nuestras pupilas. De hecho, no es muy difícil percibir que la fuente de inspiración de Erik Schmitt, realizador de esta película, fue el cine de Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet. La Cleo del título (Marleen Lohse), protagonista del filme, no está muy lejos de ser una versión alemana y pelirroja de Amélie, precisamente, aquel éxito francés de crítica y de taquilla dirigido por Caro y Jeunet. Es decir, sabemos desde los primeros minutos los terrenos que estaremos pisando al ver este filme.
La historia cuenta cómo Cleo siente que siempre está siendo perseguida por un velo obscuro de tragedias. Además de la muerte de su madre durante su nacimiento, otra tragedia ocurrirá, luego de que siendo niña (interpretada a esa edad por Gwendolyn Göbel) ella y su papá (Fabian Busch) se aventuren a buscar un tesoro, que según éste último, contiene un misterioso reloj, capaz de hacerte viajar al pasado. Ya de adulta, Cleo, quien ocasionalmente ve los fantasmas de Einstein y Marlene Dietrich (si los imagina, o realmente los ve, nunca está claro), y que ahora trabaja como guía de turistas, seguirá en busca de aquel reloj-máquina del tiempo, pero ahora contará con la ayuda de Paul (Jeremy Mockridge), un joven no menos extraño que ella, y que traerá al equipo de exploradores otro par de excéntricos "cazadores de tesoros" (Max Mauff y Heiko Pinkowski), teniendo tan sólo como guía un mapa, no muy fácil de descifrar.
ZU WEIT WEG
Yoran Leichter y Sobhi Awad |
IN THE NAME OF SCHEHERAZADE OF THE FIRST BEER GARDEN IN TEHRAN
Las Mil y Una Noches...de Cerveza. |
DAS MELANCHOLISCHE MÄDCHEN
Marie Ratchscheck |
FREIES LAND
Felix Kramer y Trystan Pütter |
WHEN HITLER STOLE PINK RABBIT
Riva Krymalowski y su "conejo rosa". |
When Hitler Stole Pink Rabbit tiene ese encanto propio de los filmes familiares que pueden verse los domingos por las mañanas; inofensivo, seguro, y con una flecha escurriendo de miel apuntando directo a tu corazón, lista para ser disparada al final de la historia. ¿Quién dice que todos los filmes sobre los inicios del nazismo en Alemania tienen que ser crudos, tristes, y violentos? Ahí está, por ejemplo, JoJo Rabbit, la cual, de todas formas, comparada con Pink Rabbit, es tan violenta como Inglorious Basterds, de Tarantino. Durante las primeras tres cuartas partes de Pink Rabbit, dirigida por Caroline Link, y basada en el libro homónimo escrito por la ilustradora Judith Kerr, no hay un sólo momento de tensión que verdaderamente sacuda a la familia protagónica.
La película cuenta el exilio forzado que Arthur Kemper (Oliver Masucci, de la serie Dark), periodista judío, tiene que hacer junto a su familia con la llegada de Hitler al poder. Todo nos es contado desde la mirada inocente de Anna (Riva Krymalowski), niña de 10 años, aficionada a dibujar imágenes que representan catástrofes, y propietaria del conejo de peluche rosa del título, el cual tiene que dejar atrás durante la huida de su familia hacia Suiza. Todo es felicidad radiante en el núcleo familiar, y nada, ni siquiera este exilio del padre, cuyo trabajo se ha caracterizado por criticar duramente la situación política y los peligros del fascismo emergente, parece tocar dicho estado.