Johnny Depp escapando de una horda de caníbales en "Dead Man's Chest". |
Pirates of the Caribbean: Dead Man’s Chest,
(2006), es la segunda parte de la franquicia que rescata las aventuras de
corsarios a la usanza del viejo Hollywood. Está más cargada de efectos especiales
y un metraje más largo, a comparación de su antecesora, Pirates of the Caribbean:
The Curse of the Black Pearl (2003), basada en la famosa atracción del mismo
nombre en Disneylandia. El espectador que no haya visto la primera parte no
perderá mucho el hilo en esta secuela.
De todas formas, Gore Verbinski (realizador
de 3 películas de las 4 que forman la saga) no titubea y nos vuelve a presentar
al balbuceante capitán Jack Sparrow (Johnny Depp), de andar irregular, un poco
afeminado, amante del whisky y en constante estado de ebriedad. Depp puso a
temblar a los productores con su extravagante creación y descabelladas ideas
para el personaje. Se le nota que vuelve gustoso a interpretar al personaje,
inspirado, según él, en el Rolling Stone Keith Richards. Su perezoso, algo cobarde y oportunista pirata, es como
una cruza de Buster Keaton, Errol Flynn y Bob Marley, mezclados dentro de una
botella de ron.
La película tiene unas
cuantas sorpresas que harán más interesante la “oleada” de peripecias en alta
mar. Sigue siendo impresionante su lograda mezcla de convencionales aventuras
de piratas, con elementos fantásticos y paranormales. En esta ocasión, son unos
corsarios mutantes, encabezados por el capitán holandés Davy Jones (Bill Nighy),
mitad humano mitad pulpo. Jones está tras Jack Sparrow para cobrarse una vieja
apuesta. Junto a Jack, Will Turner
(Orlando Bloom, desangelado como siempre) y Elizabeth (Keira Knightley) deberán
ir en busca del cofre que guarda el corazón de Jones y la llave que lo abre,
con la ayuda de una misteriosa brújula. En tanto, Will también emprende el
rescate de su padre (Stellan Skarsgard), prisionero de Jones, antes de que
termine de convertirse en un mutante como los piratas que lo mantienen
prisionero.
Junto a la
divertida caracterización de Depp como Sparrow, la “estrella” del filme son los
estupendos efectos especiales. El Kraken (el nombre quizás le suene a muchos)
hace una aparición estelar, un calamar gigante que gusta de engullir barcos con
todo y tripulantes. Mientras, los piratas villanos son tan despreciables como
fascinantes, dentro de todo el trabajo digital que implicó su creación. Bill
Nighy tuvo que usar una especie de máscara durante toda la filmación, en donde,
posteriormente, le fue agregada su cara de pulpo digitalmente. En general, la
experiencia de ver las dos primeras películas, es como ver la mezcla de una
historia de Robert Louis Stevenson con una comedia slapstick, al estilo del
cine mudo.