Daniel Craig en su última encarnación del 007. |
viernes, 4 de febrero de 2022
NO TIME TO DIE
TICK...TICK BOOM!
El Asombroso...Andrew Garfield. |
jueves, 3 de febrero de 2022
DUNE
Timothée Chalamet y Rebeca Ferguson. |
La épica de ciencia ficción, ha sido ahora llevada al cine por el visionario Denis Villeneuve, en una saga que parece estará al nivel de El Señor de los Anillos, ya que el realizador se ha propuesto adaptar toda la novela original, escrita por Frank Herbert, en dos filmes. Es por eso que Dune, la versión del 2021, y primera parte, no se siente tan concluyente como la versión de David Lynch, hecha en 1984 (en parte filmada en México). Luego de ver la versión de Villeneuve poco después de haber visto el filme de Lynch (no del gusto de muchos críticos), confieso que hay cosas de este último con las que me quedo, por ejemplo, su propuesta más surrealista y más orgánica, y otras que podría desechar por completo, como el gordo flotante lleno de ampollas supurantes, o la participación de Sting, que al menos histriónicamente, no aporta mucho. Mientras, hay cosas en el filme de Villeneuve con las que me quedo, y otras que dejaría un poco de lado. Lo mejor, sin duda, es su tradicional visión minimalista, rayando en la elegancia visual en su diseño de producción. En esta ópera espacial tenemos un preciado objeto llamado "especia" (algo cercano a ser comparado con el petróleo) por el cual varios planetas se encuentran en disputa, como el de Arrakis (o también llamado Dune) y Caladan, de donde nuestro héroe, Paul Atreides (Timothée Chalamet), es originario. Hay una guerra por la "especia", con intrigas y traiciones incluídas, en donde Paul se dispone a pelear para probar que puede convertirse en soldado. Entre su entrenador (Josh Brolin) y su madre, Lady Jessica (Rebeca Ferguson), la preparación de Paul incluye, no nada más el aspecto físico, sino el de desarrollar sus habilidades psíquicas. Estas últimas incluyen sueños recurrentes sobre la guerra en Arrakis, con las visiones de una misteriosa chica de brillantes ojos azules, así como una especie de voz telepática para, cual Jedi de Star Wars, poder manipular la voluntad y mente de otros. Mientras la versión de Lynch tiene un tono más de película antigua de aventuras de matineé, con humor tanto involuntario como voluntario, animatronics, y un diseño de producción, en general, más tendiente al kitsh, la versión de Villeneuve es todo lo contario. Dune del 2021 es más sobria, y sin duda, menos tendiente al caos en la narración de la historia de Paul, con un toque de tragedia, y actuaciones más dramáticas. El personaje del Baron Vladimir Arkonen (ahora encarnado por Stellan Skarsgard), sigue gordo pero flota menos, y no tiene ampollas a punto de reventar. Este termina siendo uno de los aciertos, ya que no es tan irritante como la encarnación que hizo Kenneth McMillan en 1984. Pero si algo tienen en común ambas películas, son el tener extraordinarias escenas en el desierto. Y aunque es verdad que ahora los gusanos gigantes lucen más impresionantes gracias a los efectos digitales, resentí el no verlos más tiempo como en el filme de Lynch, apenas apareciendo unos escasos minutos. Además de la gran actuación de Rebecca Ferguson, también destaca Oscar Isaacs como el Duque Leto, padre de Paul, al igual que secundarios como Jason Momoa y Zendaya, en el papel de Chani (Sean "Blade Runner" Young en la peli de Lynch). Si bien siento que el filme nuevo termina siendo algo largo (2 horas y media de duración), y que la actuación de Chalamet, aunque no está mal, no es tan memorable como la interpretación de Kyle MacLachlan en el filme de 1984, Villeneuve acaba dando algo más de fuerza y peso dramático a cada uno de sus personajes. La película goza también de una gran banda sonora compuesta por Hans Zimmer, estridente, y que le provee de toda una atmósfera nueva y única. ⭐⭐⭐⭐ En #HBOMax y a la renta.
THE LOST LEONARDO
¿Será un Da Vinci? |
Un documental que, al menos para quien esto escribe, resulta más fascinante que las tres películas del Código da Vinci juntas. Es cierto, dichas pelis son ficción, son palomeras y, si acaso, entretenidas, pero tratan de todo menos de Leonardo da Vinci, el genio renacentista. El Último Leonardo se centra por completo en una pintura titulada "Salvator Mundi" (o "El Salvador del Mundo"), que fue encontrada alrededor del 2010, en E.U., botada con otras tantas en una casa de subastas. Los "cazadores de tesoros" gustan de llamarles a estas obras "silentes", y son pinturas que nadie quiere comprar. El descubridor de "Salvator Mundi" quedó prendado de la pintura, especialmente, por una corazonada que le decía que su autor podría ser Da Vinci. Y es aquí en donde empezó la aventura de este, en apariencia, humilde cuadro. Luego de que este retrato al óleo de Jesucristo fue comprado por su descubridor por unos miles de dólares, el cuadro se embarcó en una travesía, entre E.U. y Europa, para terminar adquiriendo un valor en subasta de 2 billones de dólares. ¿Cómo es posible que una pintura que nadie quería, escondida en un lugar recóndito de Nueva Orleans, terminó adquiriendo un valor monetario exhorbitante? Es ahí donde radica lo fascinante de este documental, dirigido por Andreas Koefoed, que si bien es cierto ostenta un formato cercano al del tradicional documental televisivo de cabezas parlantes, estilo National Geographic, lo genial es la manera en que el realizador cuenta esta historia. Una historia que, por momentos, pisa los terrenos de lo increíble, con instantes en los que crees estás viendo un relato de ficción, de esos que están entre el género de investigación y misterio, con todo y su dósis de suspenso. El documental también te sumerge en las aguas del complejo mundo del mercado del arte, marcado sobretodo por la ambición. Aquí, lo que tal vez importe menos es el valor artístico, en donde los marchantes de arte, en un golpe de suerte, podrían terminar haciéndose tan ricos como los clientes para los que trabajan, es decir, coleccionistas de arte. El Último Leonardo, con entrevistas a marchantes, académicos, críticos de arte, especialistas en la obra de Da Vinci, historiadores, etc., te da una o dos lecciones sobre arte y su verdadero valor, que empieza con la intervención en el filme de Dianne Dwyer Modestini, restauradora del "Salvator Mundi", primera especialista en atribuirlo a Leonardo. Calificado por algunos críticos como "La Mona Lisa masculina", la pintura, que se cree fue realizada entre 1499 y 1510, de verla sientes de alguna forma que sí pudo ser pintada por Da Vinci. Sin embargo, la película te deja con reflexiones como: ¿Un cuadro deja de ser de su artista original al empezar a ser intervenido por su restaurador? ¿Se puede exhibir el "Salvator Mundi" en la misma sala que ocupa La Mona Lisa en el Museo del Louvre? ¿Debe ser expuesto con ficha museográfica que diga "Por Leonardo Da Vinci" o "atribuído a...."? ¿Los dos billones de dólares en los que se vendió el cuadro en la casa de subastas Christie reflejan su verdadero valor, o es producto del enigma en el que los medios lo envolvieron? Recomendable para todos los amantes del arte. De lo mejor del año. ⭐⭐⭐⭐⭐ A la renta.
miércoles, 2 de febrero de 2022
GET BACK
The Beatles reunidos nuevamente. |
Más que una secuela, este spin off de Matando Cabos (2004) rescata a su personaje más interesante, Rubén "Mascarita", aquel exluchador "resuelve-problemas" interpretado por Joaquín Cossio. En este tardío filme, por alguna extraña razón, no están de regreso (ni para un breve cameo) los dos protagonistas del primer filme, Kristoff Raczynski y Tony Dalton, pero sí el resto del reparto sobreviviente (excepto los fallecidos Pedro Armendariz Jr. y Jacqueline Voltaire)
Producción original de Amazon, Matando Cabos 2 resulta apenas pasable, con Alejandro Lozano, director del primer filme, de regreso en la dirección, y aunque trata de emular mucho del estilo y humor negro de la película original, no tiene mucho del ingenio que presumió en el 2004 en la escritura del guión. Debo confesar que, aunque no soy fan del primer filme, ni considero tampoco su guión digno de Arieles o premios, es de reconocer que en comparación es mucho mejor. "Mascarita" ahora es el dueño de un gimnasio y academia de lucha libre, que debido al dudoso manejo de su socio, parece más un taller de yoga que otra cosa. Las cosas se ponen graves, cuando un grupo de villanos caricaturezcos irrumpen en el lugar creando caos y destrucción, robándose además un valioso recuerdo, la máscara del papá de "Mascarita", una leyenda de la lucha estilo El Santo y estrella consumada del cine. Con la ayuda de Tony (Silverio Palacios), "Mascarita" se propone recuperar la preciada máscara, pero no cuenta con el hecho de que el preciado objeto también es buscado por Nico (Gustavo Sánchez Parra) y Lula (Rocio Verdejo), su ahora colega, quien lo trata con la punta del pie. Si algo me pareció rescatable, es el riesgo por manejar un humor negro hiperviolento, el cual, desafortunadamente, va bajando de tono con el avance de la historia, así como la parodia que Lozano continua en este nuevo filme sobre la figura de los luchadores en el cine de antaño, y las pésimas películas que hacían. El grave problema, es que en contraste la historia termina siendo de lo más simple y convencional. Además de que, entre contar la historia principal de "Mascarita", junto a la de Nico y Lula, la naracción cae en lo caótico. De hecho, la subtrama de estos dos últimos me pareció sin mucho sentido, están ahí de relleno y sin mucho qué hacer. El humor de juntar a la "guapa" con "el idiota" se agota de inmediato. Luego de 17 años, creo que los seguidores del primer filme quedarán decepcionados; contentos tal vez de sumergirse en este ejercicio de nostalgia con algunos momentos graciosos, pero no del todo conseguido. Otros tal vez también quedarán decepcionados de ver a Ana Claudia Talancón únicamente unos cuántos minutos, sin nada relevante que hacer en la película. Lo cierto, es que se nota que si en algo estaban pensando Lozano y los productores de la película es en Kick-Ass, pero el intento de copiar dicha película quedó en buenas intenciones. ⭐⭐1/2 En Disney Plus.MATANDO CABOS 2
Silverio Palacios y Joaquín Cossio |
Más que una secuela, este spin off de Matando Cabos (2004) rescata a su personaje más interesante, Rubén "Mascarita", aquel exluchador "resuelve-problemas" interpretado por Joaquín Cossio. En este tardío filme, por alguna extraña razón, no están de regreso (ni para un breve cameo) los dos protagonistas del primer filme, Kristoff Raczynski y Tony Dalton, pero sí el resto del reparto sobreviviente (excepto los fallecidos Pedro Armendariz Jr. y Jacqueline Voltaire)
Producción original de Amazon, Matando Cabos 2 resulta apenas pasable, con Alejandro Lozano, director del primer filme, de regreso en la dirección, y aunque trata de emular mucho del estilo y humor negro de la película original, no tiene mucho del ingenio que presumió en el 2004 en la escritura del guión. Debo confesar que, aunque no soy fan del primer filme, ni considero tampoco su guión digno de Arieles o premios, es de reconocer que en comparación es mucho mejor. "Mascarita" ahora es el dueño de un gimnasio y academia de lucha libre, que debido al dudoso manejo de su socio, parece más un taller de yoga que otra cosa. Las cosas se ponen graves, cuando un grupo de villanos caricaturezcos irrumpen en el lugar creando caos y destrucción, robándose además un valioso recuerdo, la máscara del papá de "Mascarita", una leyenda de la lucha estilo El Santo y estrella consumada del cine. Con la ayuda de Tony (Silverio Palacios), "Mascarita" se propone recuperar la preciada máscara, pero no cuenta con el hecho de que el preciado objeto también es buscado por Nico (Gustavo Sánchez Parra) y Lula (Rocio Verdejo), su ahora colega, quien lo trata con la punta del pie. Si algo me pareció rescatable, es el riesgo por manejar un humor negro hiperviolento, el cual, desafortunadamente, va bajando de tono con el avance de la historia, así como la parodia que Lozano continua en este nuevo filme sobre la figura de los luchadores en el cine de antaño, y las pésimas películas que hacían. El grave problema, es que en contraste la historia termina siendo de lo más simple y convencional. Además de que, entre contar la historia principal de "Mascarita", junto a la de Nico y Lula, la naracción cae en lo caótico. De hecho, la subtrama de estos dos últimos me pareció sin mucho sentido, están ahí de relleno y sin mucho qué hacer. El humor de juntar a la "guapa" con "el idiota" se agota de inmediato. Luego de 17 años, creo que los seguidores del primer filme quedarán decepcionados; contentos tal vez de sumergirse en este ejercicio de nostalgia con algunos momentos graciosos, pero no del todo conseguido. Otros tal vez también quedarán decepcionados de ver a Ana Claudia Talancón únicamente unos cuántos minutos, sin nada relevante que hacer en la película. Lo cierto, es que se nota que si en algo estaban pensando Lozano y los productores de la película es en Kick-Ass, pero el intento de copiar dicha película quedó en buenas intenciones. ⭐⭐1/2 En #PrimeVideolunes, 31 de enero de 2022
A QUIET PLACE PART II