Taron Egerton como Elton John. |
Taron Egerton nos está enviando un mensaje claro en Rocketman: "soy un actor que quiere ser tomado en serio". Va por buen camino. Desde Eddie The Eagle, el también actor de Kingsman (el cual, por alguna extraña razón, casi siempre interpreta personajes con anteojos) ha demostrado ser muy capaz y estar dispuesto a tomar riesgos; a transformarse dejando de lado vanidades frívolas, y especialmente, que tiene voz para cantar. En Rocketman, Egerton es dirigido por segunda ocasión por Dexter Fletcher (director de Eddie The Eagle), en donde interpreta a Reginald Dwight, mejor conocido por sus fans como Elton John. Tarde o temprano teníamos que ver la vida de este icono del rock y el pop contada en cine, seguido del reciente impacto que tuvo apenas el año pasado Bohemian Rhapsody, la multinominada y oscarizada biopic de Freddy Mercury y Queen.
Rocketman (título de una de sus más famosas canciones del album doble Goodbye Yellow Brickroad) toma caminos diferentes a Bohemian Rhapsody, unos menos convencionales y más audaces, visualmente hablando. La película es verdaderamente vital, ágil, y llena de energía musical (realizada con la "bendición" de Elton John, quien funge como productor ejecutivo), en la línea de "Across the Universe" (musical con canciones de The Beatles). Nos cuenta la vida del músico y compositor a través de sus canciones más representativas, como Saturday Night's Alright (esta, como podría esperarse, durante la pelea en un pub), Bennie and The Jets, Don't Go Breaking My Heart, Crocodile Rock, The Bitch is Back, Candle in the Wind, Rocket Man, I'm Still Standing, etc. Es decir, lo clásico del catálogo de Elton John.
Si desde el primer número musical uno no está en el asiento del cine moviendo el pie y las piernas, tal vez esté viendo la película equivocada. Uno de los primeros números musicales es como una calca de Vaselina, pero el de la canción Rocket Man es de un delirio cómico casi caricaturesco. En dicho número, vamos siguiendo a Egerton, brincando de escenario a escenario, mientras canta, baila, y salta, todo magistralmente sincronizado entre la letra y la historia contada.
Escrita por Lee Hall (quien escribió Billie Elliot, y no es accidental que entre este filme y Rocketman existan muchas conexiones), tenemos aquí a un padre estricto y cerrado (Steven Makintosh), un militar aficionado al jazz para el cual Elton John siempre fue como un cero a la izquierda. Nada le importó que su hijo mostrará genialidad musical desde niño (tocaba a Mozart de oido), y fuera admitido en la Royal Academy of Music. Lo interesante, es que todo nos es contado por Elton John desde el círculo de un grupo de apoyo, estrafalariamente vestido como demonio de carnaval, ante los atentos oídos y miradas de extraños. Aunque tuvo algo de apoyo por parte de su mamá (Bryce Dallas Howard, magnífica y con un convincente acento), lo cierto, es que Elton John tuvo una infancia gris e infeliz.
Sin embargo, todo cambió para Elton cuando conoció a Bernie Taupin (Jamie Bell, el mismísimo "Billy Elliot"), con quien formó una imparable e incansable dupla creativa, siendo este último el creador de las letras de todas -o casi todas- sus canciones. Aunque Rocketman no cuenta nada nuevo, es decir, el relato del genio musical hundido en su adicción a las drogas (aquí Elton John confiesa que las ha probado todas), el alcohol, y afectado por severas crisis emocionales (debido a su homosexualidad, junto a su búsqueda del amor y de ser aceptado), y que además tiene los clichés típicos del ambicioso manager musical (Richard Madden) de doble cara (aunque debo reconocer que Stephen Graham está estupendo, como el primer agente artístico de Elton), la película termina siendo un muy disfrutable tour de force musical.
Cuando verdaderamente comienza la historia de Elton (y despega el filme), es con su debut en "El Troubadour", el legendario club en Hollywood, durante su primer viaje a California para probar suerte. Es aquí en donde Elton John, como el estrafalario y extravagante cantante y pianista, de excéntricos anteojos, que todos conocemos, se inventó a sí mismo (como si el carnaval de Rio de Janeiro y el Mardi Grass juntos le hubieran llovido encima). Eché de menos ver más del proceso creativo de componer y escribir, de ver más trabajo en estudio de Elton y de los miembros de su banda. Pero la verdad, Rocketman es un explosivo, surreal, y delirante homenaje a un personaje complejo y fascinante.
⭐️⭐️⭐️⭐️
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