Natasha Dupeyrón, Luis de la Rosa, y Miguel Rodarte. |
Una historia que ya nos sabemos como receta de cocina, y que cualquiera la podría contar, incluso, con lenguaje de señas. Pero lo peor de este "churrito", no es tanto eso, sino la total incompetencia de sus realizadores para contárnosla de una forma atractiva y nueva. Desde el inicio, sabes que habrá problemas con una película cuyo humor y encanto depende casi por completo de lo gracioso que se puedan ver sus personajes vestidos en botargas, y de cómo son víctimas de tacleadas en plena calle por extraños que los hacen objeto de bromas pesadas (exacto, estilo Jackass).
Ian (Luis de la Rosa, quien más gris, seco, e inexpresivo no podría estar), un adolescente, se entera por su abuela moribunda que su papá (Andrés Almeida) no es su padre biológico. Por ella también se entera quién es su verdadero papá, André (Miguel Rodarte), un actor de telenovelas venido a menos, el cual ahora tiene un negocio especializado en contratar "botargeros". Dirigida por Humberto Hinojosa, todo el filme se siente dirigido con flojera, sin muchas ganas, y con una muy blanda dirección de actores. Más de la mitad de la película no te la crees. Por ejemplo, justo cuando Ian decide ir a buscar a su verdadero papá a su negocio, sin decirle nada más decidirá empezar a trabajar para él, y aprender lo que, según una chica que trabaja también ahí (Natasha Dupeyrón), que ser "botargero" es algo cercano a un "arte" y que debe tomarse como tal (¡por favooor!).
Apenas y veremos algo del papá postizo y la mamá (Dominika Paleta) de Ian (el primero, otrora miembro de una banda llamada "Stigma", calificada como la más importante del pop en español -cosa que nunca se nota en el filme-, y que busca reunirse con sus antiguos compañeros para un concierto), personajes prácticamente ausentes durante toda la trama. Terriblemente predecible, con nula originalidad, y un guión perezoso, esta historia de figuras paternas con problemas de control de ira (hubiera sido más interesante una historia sobre este último aspecto, fuera de broma), pasa a la lista de lo peor del 2019.
⭐️⭐️
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