Ivan Massagué |
Instalada en un futuro no muy lejano, La Plataforma es una experiencia que raya en lo claustrofóbico. Su historia tiene lugar completamente en una prisión extraña, sin celdas, sin barrotes, y muchos menos guardias, con un agujero abismal atravesando diferentes niveles, en donde los prisioneros -dos por nivel- están instalados. A través del agujero desciende la plataforma del título, llevando un elegante banquete servido para los presos. El problema, es que los presos del primer nivel son los afortunados que pueden probar la comida intacta, durante un tiempo corto, mientras que los presos en los niveles más bajos, tendrán que comer las sobras que vayan dejando sus vecinos de los niveles superiores. Como piezas de un juego extraño, los presos son movidos al azar, entre un nivel y otro, por una autoridad que nunca vemos.
Dirigida por el vasco Galder Gaztelu-Urrutia, el filme, en apariencia sencillo, acaba siendo intrigante, y no apto para muchas sensibilidades, debido a su violencia gráfica, la cual llega a ser extrema. Goreng (Ivan Massagué), el protagonista, es un preso de recién ingreso, quien vivirá, entre nivel y nivel, una verdadera pesadilla. Cuando Goreng sepa las verdaderas intenciones de su primer compañero de celda, Trimagasi (Zorion Eguileor), su principal preocupación será sobrevivir, comer o ser comido. Lo más interesante del filme (coproducido por Netflix), es que como espectador no sabes hacia a donde te llevará la historia, ni qué caminos tomará (una cosa es segura: puede ser hacia arriba, o hacia abajo). Por ejemplo ¿Quién será el siguiente compañero de celda de Goreng? ¿Será hombre, o mujer (en esta prisión viven hombres y mujeres por igual)?. ¿En qué nivel le tocará a nuestro protagonista despertar?
Es complicado encontrar una lectura exacta en La Plataforma (¿Una metáfora sobre la sociedad, en donde una fuerza superior, o gobierno invisible, decide quienes son los privilegiados que comerán bien un día, y los que se morirán de hambre al siguiente?). Y lo es mucho más, cuando al final la historia adopta tintes de tipo religioso, así como de aventura caballerezca hiperviolenta. La referencia más inmediata es "Don Quijote", novela que Goreng se encuentra leyendo al principio (de hecho, el mismo Goreng luce como una especie de joven Don Quijote de la Mancha). Goreng se da a la tarea de llevar, sano y salvo, un "mensaje" (dejo al lector descubrir cuál será ese mensaje) a quién sea que esté a cargo en las profundidades de las instalaciones. Inclasificable y sumamente original, La Plataforma luce, si no como el mejor filme, hasta ahora, del 2020, sí de los más originales.
⭐️⭐️⭐️⭐️
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