Tres jóvenes paquistaníes cuentan su traumática experiencia en la prisión de Guantánamo. |
Algo que parece confirmar el filme del
británico Michael Winterbottom, The Road to Guantanamo (2006), es que la
prisión del ejército estadounidense ubicada en la localidad cubana a la que
hace referencia el título, no dista mucho de haberse convertido en un verdadero
campo de concentración. La prisión está llena de presuntos miembros del
ejército talibán y de Al Qaeda, luego de los ataques terroristas del 11 de
septiembre del 2001.
La pesadilla que
vivieron tres jóvenes paquistaníes radicados en el Reino Unido, conocidos como
los “Tres de Tipton” (ciudad británica donde radican), es llevada al cine por
Winterbottom en su acostumbrado estilo de mockumentary (documental dramatizado),
en una magistral recreación de los acontecimientos. Los jóvenes eran originalmente
cuatro, hasta que uno de ellos se
perdió en Afganistán, y salieron de Tipton para celebrar la boda de uno de
ellos en su natal Pakistán.
Shafiq, Ruhel y Asif
Iqbal narran directamente los hechos, ocurridos unos días después del 11-S. Los
tres son magníficamente interpretados por Riz Ahmed, Farhad Harun y Afran
Usman, quienes han sabido introducirse en la piel de los verdaderos protagonistas.
En su viaje están en el momento y
lugar inadecuados: el bombardeo de E.U. sobre la Afganistán gobernada por el
régimen talibán, respaldado por Osama Bin Laden. Los tres son hechos
prisioneros por el ejército de la Alianza del Norte y llevados hasta la prisión
de Guantánamo, en donde vivieron en condiciones infrahumanas, humillados y
torturados psicológicamente, durante los 2 años que estuvieron confinados ahí.
Fueron interrogados hasta el cansancio para hacerles decir, no la verdad, sino
lo que supuestos diplomáticos y jefes militares querían escuchar, hasta que
fueron liberados al confirmarse su historia y su procedencia británica.
Winterbottom, en
colaboración con el director Mat Whitecross, consigue crear un duro retrato
sobre la tortura, abriendo las puertas de un lugar infernal visto en los medios
nada más en fotografías. La película desenmascara al gobierno de Estados Unidos,
el cual afirmaba haber dado trato “humano” a los prisioneros. Winterbottom
recrea con una fría meticulosidad los interrogatorios, apenas con un destello
algo cómico y descabellado. Uno de los tres prisioneros cuenta cómo cantó a un soldado,
a ritmo de rap, su sincera y franca opinión de lo que estaba viviendo.
No hay necesidad de
imágenes gráficamente crudas ni sangrientas, para revelar el tema de la tortura
psicológica que soportaron, con admirable valentía y entereza, los chicos. Se aferraron a la religión y a la
esperanza, recompensada con la felicidad de esas imágenes finales de la boda y
su regreso a Gran Bretaña, para que pudieran contarnos su experiencia.
1 comentario:
buena peli, que por desgracia no tuvo mucha distribución en las salas Españolas.
un retrato humano crudo...
saludos
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