Por mucho se podría considerar al último filme del realizador y catedrático universitario Kay Pollack, Tierra de Ángeles (Så som i himmelen, Suecia, 2004), como la versión sueca de Mr. Holland’s Opus (Herek, 1995). La premisa argumental en el filme de Pollack, también tiene que ver con un director de orquesta y compositor, que encontrará nuevos aires enseñando música. El asunto se lleva a niveles melodramáticos insospechados. Daniel Daréus (Michael Nyqvist), un célebre director de orquesta, temperamental con sus músicos y acabado por una enfermedad terminal, sufre un infarto después de un concierto. Por ello, Daniel decide regresar a su pueblo natal, Norrland, al norte de Suecia, donde pasó una infancia no muy feliz al sufrir los abusos de los demás niños, mientras estudiaba música con el apoyo de su madre.En Norrland, Daniel querrá vivir un retiro total y comprar la abandonada escuela prim
aria, hasta que sea contratado por un reverendo para dirigir al pequeño coro de la iglesia, empezando desde ahí los problemas para el compositor. Lena (Frida Hallgren), una chica empleada de una tienda y fanática de los ángeles, inmediatamente captará la atención de Daniel. Los problemas comienzan cuando el reverendo empiece a ver cómo el carismático director le robará toda la atención y el protagonismo entre todos sus feligreses. El trabajo de Pollack, quien a sus casi setenta años apenas a dirigido cuatro filmes, goza de atractivas actuaciones. Sin embargo, todo el asunto tan prometedoramente musical del principio, es opacado por la gran cantidad de personajes. Por su parte, el personaje de Daniel tiene un comienzo notable, para luego ir decayendo hasta convertirse en un tipo blando, sin la fuerza inicial y blandengue.++Disponible desde el 13 de junio. Incluye menús interactivos, acceso directo a escenas, ficha artística, ficha técnica, ficha de doblaje, trailer y Filmografías.




En Last Orders (Reino Unido-Alemania, 2001) un "pub" londinense servirá como centro de reunión para un grupo de entrañables amigos sesentones. La trama gira alrededor de Jack Dodds (Michael Caine, espléndido como siempre), carnicero de un barrio de Londres, cuya muerte reciente ha dejado un vacío en su círculo de amigos, formado por Ray (Bob Hoskins), ex gerente de una tienda de electrodomésticos y aficionado a las carreras de caballos; Lenny (el fallecido David Hemmings) boxeador aficionado y Vic (Tom Courtenay), dueño de una agencia funeraria. Los tres amigos deberán cumplir la última petición de Jack: Que sus cenizas sean arrojadas al mar, en el astillero de la ciudad de Margate, ya que en dicha localidad pasó su luna de miel con Amy (Helen Mirren), su esposa, sola y con la responsabilidad de cuidar a June, su hija, que padece retraso mental y vive internada en un hospital desde su niñez.
Signs (E.U., 2002), el quinto largometraje del director de origen hindú M. Night Shyamalan, no presenta una trama del todo novedosa. En Buck County, cerca de Filadelfia, el otrora pastor religioso Graham Hess (Mel Gibson), se encuentra con una considerable área de sus sembradíos de maíz marcados por una especie de figuras geométricas gigantes, las famosas “señales” del título. Sus perros se comportan de manera violenta ante este fenómeno y la paranoia empieza cuando, por la televisión, Hess observa el mismo fenómeno en otras partes del mundo. Hess ha perdido la fe en Dios y en su vocación religiosa, debido a la violenta muerte de su esposa. Su hermano menor, Merrill (Joaquin Phoenix), ex-jugador de beisbol, ayuda a cuidarle a sus hijos, Morgan (Rory Culkin), enfermo de asma, y Bo (Abigail Breslin), encantadora y con una obsesión por el agua limpia.



































