Amanda Seyfried y Gary Oldman |
Quién hubiera podido imaginar que David Fincher, el director de Fight Club, Panic Room, Seven y, más recientemente, The Girl with the Dragon Tatoo, pudiera estar interesado en dirigir una película sobre El Ciudadano Kane. Por lo menos yo, nunca. Y vaya que me tomó por sorpresa. Fincher es un gran director. ¿Por qué no iba a estar interesado en aquella obra maestra, considerada uno de los mejores filmes en la Historia del Cine? Sin embargo, su enfoque no es precisamente Orson Welles, el director de Kane, sino en Herman L. Mankiewics, su guionista (de nuevo, un gesto de extrañeza se nos dibujará en el rostro).
Más que estar interesado en hacer un filme sobre la gestación de El Ciudadano Kane, la inquietud de Fincher ha sido realizar una épica sobre la época de oro de Hollywood, en un retrato que roza lo espectacular; un retrato que encuentra conexiones visuales tanto con el Ed Wood de Tim Burton, en la decisión de filmarla en un bello y lustroso blanco y negro, así como con Hail, Caesar! de los hermanos Coen. El resultado, es visualmente impresionante, así como la interpretación del siempre genial Gary Oldman, quien interpreta a Mankiewics. Mank plantea una doble narración, que nos lleva por dos caminos, el primero, justo cuando Herman "Mank" Mankiewics empieza la segunda etapa de la escritura del guión, mientras que el otro camino nos lleva, a través de flashbacks, unos años atrás (a mediados de los 1930), cuando a Mankiewics le fue ofrecido el trabajo de escribir el guión. Aquí lo vemos en sus visitas a los estudios MGM y sus entrevistas con Louis B. Mayer (Arliss Howard), y otros ejecutivos de los estudios. El ritmo en estos flashbacks será dinámico, con un tono vivaz y humorístico, en contraste con la narración de Mank escribiendo el guión, en donde se encuentra postrado en cama con la pierna rota, luego de un accidente automovilístico.
Si hay algo interesante en el filme de Fincher, es que más allá de querer hacer una biopic sobre Mankiewics, lo que hace es plantear una pregunta que intrigará a los cinéfilos, ¿quién escribió realmente Ciudadano Kane? Contrario a lo que cualquiera pensaría, la teoría que se plantea aquí es que Orson Welles tuvo una participación secundaria en la autoría del guión, una que consistió más en editar, recortar, y modificar el texto. Sin embargo, la Academia terminó premiando a ambos con un doble Oscar. Aunque su aparición es de apenas unos minutos, el británico Tom Burke está magnífico como Orson Welles, con un parecido físico razonable, y una similitud de voz todavía más impresionante. Burke luce suficientemente convincente, siendo más el tiempo que lo oímos que el que lo vemos en pantalla, durante las incontables llamadas telefónicas que hace a Mank. Que Mankiewics se basó para su guión en la vida del magnate William Randolph Hearst (Charles Dance, con una pequeña, pero magnífica actuación) y dueño de un emporio periodístico, es por demás sabido. La secuencia en donde se muestra este hecho como algo más que obvio, es aquella de la fiesta de disfraces en la mansión de Hearst, a donde, basta decir, Mank llegará borracho (por que una de las características que se acentúan en el filme es su problema con el alcohol) a sembrar el caos y encender los ánimos de los anfitriones.
El alma de la película no será tanto el proceso de escritura del guión, el cual David Fincher decide dejarlo de lado. Mank no es un filme estilo Barton Fink, con una historia sobre el guionista solitario, atormentado, en crisis creativa, y torturado emocionalmente. El alma del filme será la amistad entre Mankiewics, de humor ácido y siempre crítico, y la actriz Marion Davis (Amanda Seyfried, estupenda), la muy joven esposa de Randolph Hearst. Otra interrogante que plantea la película, es ¿qué tanto estuvo dispuesto Mankiewics en arriesgar su buena amistad con Davis, con tal de escribir un guión tan crítico hacia su marido? ¿Un guión que, a pesar de haber cambiado el nombre del personaje real, se podía ver y sentir como un ataque directo y certero al millonario? Y aunque no vemos mucho de la esposa de Mank (interpretada por Lily Collins), es bueno también el preguntarse qué posición tenía ella en todo este asunto.
Al final, Mank no será uno de los mejores filmes de Fincher, pero termina siendo tremendamente visible; muy bueno, pero no extraordinario. La película es una curiosidad en su filmografía, pero no por ello dejará de fascinar a los amantes del cine, el cual además de estar excelentemente actuado, se espera con seguridad que tenga varias nominaciones al Oscar el próximo año. ⭐⭐⭐⭐
Disponible en Netflix.
No hay comentarios:
Publicar un comentario