sábado, 28 de noviembre de 2020

NEVER RARELY SOMETIMES ALWAYS

Talia Ryder y Sydney Flanagan.

El título suena como el menos relacionado con una película sobre el aborto. Pero conforme nos aproximamos hacia la mitad de Never Rarely Sometimes Always, descubriremos que esas cuatro palabras del título tienen una relación más directa con el tema de lo que uno esperaría. Lo primero que llama la atención en la película, dirigida por Eliza Hittman, es su aproximación a un tema tan delicado como lo es el aborto, el cual es, de una forma sorpresiva, sin tintes sociales, religiosos, políticos, y mucho menos,  melodramáticos. Never Rarely... es una historia sumamente sencilla, en donde la realizadora opta por no complicar un tema más de lo que ya es. A pesar de su sencillez, la historia termina tocando una o dos cuerdas emocionales en el espectador. 

Por otro lado, lo notable de la película también, es que no trata nada más sobre el aborto, sino que aborda otros temas, como el abuso escolar, al igual que la amistad, el apoyo moral, y el sacrificio. Autumn (Sydney Flanagan, nada mal para ser su primer película), es una chica callada, quien trabaja como cajera en un supermercado, y que gusta de la música y cantar. Sin embargo, desde la primera escena, en donde aparece cantando una canción en el auditorio de su escuela, y un tipo en el público le grita "¡Puta!", sentiremos que las cosas en su vida no están yendo bien. Las cosas se le complican más cuando, luego de acudir a una clínica prenatal, y hacerse pruebas de embarazo recolectando una muestra de orina, se entere de que está embarazada. Aquí es cuando Autumn empieza a considerar la posibilidad de abortar, sin decir nada del asunto a sus padres. Intentará fallidamente varios métodos (todos ellos peligrosos) para inducir el aborto por su cuenta, poniendo su vida en peligro. Skylar (Talya Ryder), su prima, dándose cuenta de la situación, decide viajar con ella desde Pennsylvania hasta Nueva York, en donde le puedan hacer un aborto fuera del periodo de gestación que hasta ese momento lleva su embarazo.

Decía que lo mejor del filme, es la muy naturalista sencillez con la que se narra la historia. La directora luce de una precisión que roza lo realista, en su manera de reflejar lo que una chica enfrentaría al acudir a una clínica de este tipo, desde llegar a la recepción, practicarse análisis, hasta el interrogatorio al que se somete, en donde descubriremos una serie de revelaciones sobre Autumn (además de que aquí descubriremos el origen del título del filme). Es cuando sabremos más sobre ella de lo que podríamos haber descubierto en un filme mucho más dialogado. Es a través de los silencios de ella durante las preguntas, pero también a través de sus expresiones de dolor emocional y de tristeza, que iremos conociéndola. Es aquí en donde la inteligencia y sensibilidad de la directora se dejan ver, así como su habilidad de decir mucho usando tan poco; con tan sólo cuatro palabras como opción múltiple durante el interrogatorio. Never Rarely... es también, hay que decirlo, un filme sobre el abuso emocional y el acoso sexual. Los filmes sobre el aborto que se hagan en el futuro seguro tomarán el filme de Hittman como modelo a seguir. ⭐⭐⭐⭐  

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