Kassim Ouma, el héroe de Uganda. |
La historia del joven boxeador ugandés Kassim Ouma, es una de valentía y no poco heroísmo. A través de su pasión por el boxeo, pudo escapar de la terrible realidad de su país. Fue secuestrado por el ejército revolucionario a la temprana edad de 6 años, y forzado a cometer actos atroces durante la guerra civil. Perdió a su padre durante la guerra y no pudo regresar a Uganda para visitar su tumba hasta los 27 años. El documental de Kief Davidson cuenta, en dos bandas, tanto la historia actual de Kassim en E.U., en sus entrenamientos, peleas y vida familiar, así como su traumática historia pasada. Es la clásica historia del choque cultural, de la emigración forzada y de los anhelos por regresar a la tierra natal. Con su vida completamente instalada y exitosa en Miami, casado y con un hijo pequeño, Kassim sueña con regresar algún día a Uganda, en donde se le considera un héroe y un ícono. Davidson es un buen narrador. Sabe dónde colocar puntos dramáticamente claves en la vida profesional de Kassim (su tensa derrota en el ring en contra de Jermain Taylor en Arkansas), así como instantes conmovedores dejados al final, cuando regresa a Uganda a reunirse con su abuela y su pueblo. Al igual, la visita a la tumba de su padre te deja un nudo en la garganta, al dedicarle su cinturón de oro, justo en la lápida. Pero también, el documental tiene otra forma de conmover, no arrancando lágrimas, sino orgullo, al ver un improvisado gimnasio en una de las aldeas. En el lugar, más una casa de adobe vacía que otra cosa, jóvenes, sin mucha condición fisica ni muchas nociones de boxeo, entrenan descalzos, sin guantes, casi semidesnudos. Cuando su héroe llega a darles tips, es cuando sacan fuerza de algún lugar remoto y le demuestran de qué están hechos.
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