Mélanie Laurent, Ewan McGregor y "Cosmo". |
Con
seguridad, la película más personal y madura de Mike Mills. En Beginners (2011)
Mills hace un conmovedor recuento -en buena parte autobiográfico- de la vida de
un joven diseñador gráfico y los recuerdos de su vida junto a su padre. El
mismo Mike Mills es, de hecho, un diseñador gráfico, que antes de su salto al
cine se dedico a la dirección de videos musicales. Beginners es una película
realizada con el alma y visión de un artista gráfico. No es una narrativa
estrictamente lineal, sino una en la que existen caprichosos saltos entre sus
dos narrativas paralelas. En ocasiones, sin dudarlo mucho, Mills inserta ilustraciones
o imágenes fotográficas (algunas de ellas son fotos familiares del realizador),
queriendo hacer una parte de la película algo parecido a un “minidocumental”,
sobre la historia de la intolerancia hacia la homosexualidad y la lucha de los
homosexuales por sus derechos. Mención especial en la película merece el
activista Harvey Milk, a quien el entrañable padre protagonista, encarnado con
gran valentía y maestría por Christopher Plummer, admira.
Ewan
McGregor es el “alter ego” de Mike Mills, un artista gráfico pasando por una
profunda depresión luego de la muerte de su padre. Al morir su madre (Mary Page
Keller), Oliver, el artista en cuestión, se entera que su padre es homosexual y
que, además, tiene un cáncer terminal en los pulmones. A lo largo del filme,
recordaremos junto a Oliver cómo fueron esos últimos años junto a su padre, un
historiador del arte quien compartió esos años junto a su mucho más joven pareja
(el actor croata Goran Visnjic). Mientras, en el presente, Oliver, quien
siempre ha rehuido al compromiso en sus relaciones sentimentales, probablemente
haya encontrado el verdadero amor en una bella y frágil actriz francesa (Mélanie
Laurent).
Mills
acaba ofreciendo en Beginners un visualmente interesante relato sobre el amor
entre un padre y su hijo. Hay una verdadera química entre Ewan McGregor y
Christopher Plummer, cosa que le da a la película una gran autenticidad.
Plummer es un gran actor y para comprobarlo he aquí una muestra de ello. Sabe cómo
interpretar a su personaje sin necesidad de exageraciones histriónicas, ni
alardes físicos. Se siente cómodo interpretando a Hal, y lo mismo puede decirse
del filme en general: resulta entrañable, casi hasta las lágrimas, sin llegar a
los arrebatos melodramáticos. El encantador perro Jack Russell, “Arthur” (Cosmo
en la vida real) que perteneció a Hal en vida, es la mejor compañía de Oliver y
tiene una participación muy especial. El perro tiene algunas líneas, claro, en
la mente de Oliver, pero es genial cómo esto, en lugar de verse ridículo, es
por el contrario gracioso en manos
de un realizador inteligente.
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