jueves, 18 de octubre de 2007

CINESPAÑA: UNA HISTORIA DE ENTONCES * * * 1/2

Las referencias fílmicas que se pueden adivinar en Una Historia de Entonces (España, 2000), nostálgico ejercicio de estilo realizado por el madrileño José Luis Garci (El Abuelo/1998), van desde Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988), hasta su inspiración en el realismo italiano. Pero la historia narrada por Garci está lejos de la crudeza del realismo, solamente en la forma de una perfecta fotografía en blanco y negro, imitando precisamente un filme antiguo, ya que su relato es noble y romántico, recurriendo a la visión de un niño y, por si fuera poco, haciendo una inocente burla a la iglesia católica.

Ambientada a finales de los 1940, la película cuenta la historia de Julia (Lidia Bosch), atractiva mujer que vive sumergida en la tristeza, debido a que su novio pintor, de ideas de izquierda, fue encarcelado por la policia franquista y desde hace años no tiene noticias de él. Julia está pasando una temporada en una enorme residencia en la campiña de Asturias, en las afueras del pueblo de Cerralbos del Sella, lugar donde pasó algunos veranos durante su infancia. En la residencia vive acompañada nada más por su ama de llaves y amiga de la infancia (Ana Fernández), y el hijo de esta, Juanito (Manuel Lozano, de La Lengua de las Mariposas/José Luis Cuerda/1999), este último aficionado al cine, quien acude siempre a ver las películas que proyectan en la rústica sala del pueblo, claro, al menos aquellas que han sido aprobadas por la censura franquista.

Escrita por el mismo Garci, junto a Horacio Valcárcel, la película es una mezcla de melodrama y comedia de costumbres, sin que el guión incline la balanza por uno u otro. El relato se mantendrá hasta el final en una segura línea argumental, sin recurrir a efectismos dramáticos. En realidad, la vida de Julia en la tranquila campiña será un buen pretexto para que Garci nos ofrezca una minuciosa y cómica descripción de sus personajes, siendo tres los más atractivos: el sermoneador y conservador sacerdote, Don Matías (interpretado magníficamente por Juan Diego), el maestro de literatura (efectivo Iñaki Miramón), a quien veremos convertirse en un tímido enamorado de Julia y, por último, la tía Gala (notable Julia Gutiérrez Caba), abuela de Juanito, la cual tendrá un estupendo debate con Don Matías respecto a la censura, la utilidad del cine y la pertinencia de proyectar ciertas películas.

Aunque el cine es un elemento importante en la trama, como detonante de la crítica hacia la censura y moral de los primeros años del franquismo, el improvisado montaje teatral de una representación del nacimiento de Jesús en la iglesia, será para Julia una oportunidad de ir dejando atrás su pena. A pesar de gozar de la gran fotografía de Raúl Pérez Cubero y de un buen reparto, creo que el guión está un poco desequilibrado, ya que si bien goza de personajes interesantes y muy carismáticos, la historia no lo es tanto como para que estos personajes puedan desenvolverse lo suficiente. Sin embargo, la película es un conmovedor homenaje al cine, a los grandes tiempos del blanco y negro, bien ambientada y si cierra con “Night and Day”, de Cole Porter, nos hará olvidar por un momento sus pequeños defectos.

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