George Clooney en confinamiento en el Ártico. |
En su primera película dirigida para Netflix, algo le ha sucedido a George Clooney. Simplemente, el también actor no pudo conseguir lo que sí ha podido en otros filmes dirigidos por él. Usualmente, Clooney es un buen realizador, por lo que es posible que en The Midnight Sky no se haya sentido plenamente cómodo dentro del género de la ciencia ficción. The Midnight Sky se siente relacionada con otras joyas del género, como Solaris (tanto la versión original de Tarkovsky, como la dirigida por Steven Soderbergh, curiosamente, protagonizada también por George Clooney), Interstellar, Moon, Gravity (exacto, también con Clooney), y algunas más, pero termina palideciendo en comparación. Me parece que Clooney quiso experimentar un poco con un género cinematográfico dentro del cual ha participado antes como actor, para ver qué podía hacer como director, y probarse a sí mismo. El mayor problema del filme (escrito por Mark L. Smith, y Lily Brooks-Dalton), es que tenemos dos narrativas, una ambientada en el planeta Tierra del futuro, desolado y devastado, y otra en una estación espacial, tripulada por un equipo en búsqueda de un nuevo planeta que poblar, en donde ni en un lugar ni en otro hay algo verdaderamente interesante que pase.
Clooney interpreta a Augustine, un científico, el cual ha decidido quedarse solo en una estación ubicada en el Ártico, luego de que un cataclismo dejara a la Tierra inhabitable. Avejentado, cansado, recordando episodios de su juventud, y muy barbudo, pronto la soledad empieza a hacer estragos en su estado mental, hasta que una niña (Caoilinn Springall) aparece de la nada en la estación. Creyendo que ha sido olvidada en el lugar, Augustine trata de hacer comunicación con ella sin éxito, ya que la niña no dice palabra alguna. Mientras, en la estación espacial, el equipo formado por un grupo de científicos, entre ellos Sully (Felicity Jones), Adewole (David Oyelowo), Mitchell (Kyle Chandler), Maya (Tiffany Boone), y Sánchez (Demian Bichir), viven una no menos aburrida estancia en el espacio.
Si acaso, hay un par de cosas que suceden más o menos interesantes, una en la Tierra y otra en la Estación, pero poco ayudan para tener una historia con más fuerza, que realmente te involucre y enganche; apenas y hacen algo para que la historia avance hacia algo interesante. The Midnight Sky termina siendo aguada y desinflada. Lo que sucede en la estación espacial recuerda mucho a Gravity, pero la diferencia es que el filme de Cuarón, con toda su sencillez, era más emocionante. Y no importa el hecho de que la secuencia en The Midnight Sky tenga a "Sweet Caroline", la canción de Neil Daimond, de fondo. Mientras, la trama con Clooney en la Tierra, a pesar de su vuelta de tuerca al final tratando de sorprenderte, no tiene mucho sentido, ya que no responde muchas cuestiones del filme. ⭐⭐1/2
*Disponible en Netflix desde el 12 de diciembre.
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