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AGUAS TURBIAS. Mark Ruffalo como un implacable abogado. |
En Foxcatcher, el personaje interpretado por Mark Ruffalo tuvo algunos problemas con cierta familia de nombre du Pont. En Dark Waters, Ruffalo, por alguna extraña coincidencia, vuelve a tener pleitos con Du Pont, pero esta vez se trata de la prestigiosa marca de productos de cocina. Lo extraño también, es que un director como Todd Haynes, cuya filmografía se ha enfocado más en melodramas románticos (como Far From Heaven y Carol, excelentes filmes), así como biopics musicales (Velvet Underground, sobre David Bowie, o I'm not There, con una original interpretación de Cate Blanchet como Bob Dylan) haya tomado en sus manos una historia como la contada en Dark Waters. Ruffalo interpreta aquí a un sencillo abogado, quien decidió demandar al gigante corporativo Du Pont por, en resumen, envenenar a la mitad de la población de Estados Unidos.
El enfoque de Haynes no es precisamente el de la tradicional película de juicios y tribunales; de interminables interrogatorios y desfile de testigos, sino uno que se encuentra entre el melodrama y el de un filme de horror. Sí, un filme de horror, siendo este último enfoque al que Haynes decidió darle más énfasis. Dark Waters es un filme revelador, que desenmascara los horrores y atrocidades de una multinacional como Du Pont, que en la fabricación de, por ejemplo, sartenes de teflon, causó enfermedades y muerte de personas.
Ohio, E.U., mediados de los 1990s. Un granjero acude a la firma de abogados en donde trabaja Rob Bilott (Ruffalo, fabuloso) en búsqueda de ayuda, debido a que aquel tiene evidencia de que su ganado está siendo envenenado. Creyendo que se trata de un caso muy pequeño e "individual", Bilott se muestra renuente a tomarlo al inicio. "Yo soy un abogado corporativo, usted necesita ayuda de alguien más", le dice Bilott al granjero. No pasará mucho antes de que la curiosidad lleve al abogado a revisar la evidencia dejada por el hombre, y se decida a viajar a su granja a investigar más el caso, en donde quedará impresionado de ver la granja convertida, literalmente, en un "cementerio".
Bilott concluye que esto es más grande de lo que imaginaba, y que una gran fuente de contaminación está detrás, específicamente un químico, el C-8. Dark Waters se enfoca más en la exhaustiva investigación de Bilott, la cual será tanto fascinante como escalofriante, y que lo lleva a rastrear el origen del C-8 al "Proyecto Manhattan" y la creación de la bomba atómica en 1945, para luego tener otras aplicaciones militares. Sin detenerse a pensar en las consecuencias, Du Pont decidió aplicar el C-8 en sartenes anti adherentes y otros productos; en cosas que usamos cotidianamente y que tienen contacto con la comida que consumimos.
El caso termina siendo intrigante y terrorífico, el cual te mantiene durante toda la película con los ojos desorbitados, al ver detalle tras detalle de la investigación irse revelando; el ver cómo bebés han nacido deformes y mucha gente se ha enfermado de varios tipos de cánceres por culpa también de los desechos tóxicos que Du Pont, irresponsablemente, liberó en aguas de las cercanías de la granja y alrededor del área. Si hay algo sumamente rescatable de la película es, precisamente, la actuación de Mark Ruffalo (merecía una nominación al Oscar). Rob Bilott es un hombre ecuánime, calmado, y nada explosivo (considerando lo estresante del caso en sus manos). Bilott enfrenta muchos obstáculos, empezando por la negativa de su jefe (Tim Robbins canoso) para tomar el caso, por miedo de agitar los ánimos y enfrentar a una poderosa empresa.
Bilott está sólo en el caso contra Du Pont, sin mucho apoyo ni asistencia, trabajando en medio de cientos de cajas de archivo y miles de papeles. Ni su esposa (Anne Hathaway, igualmente magnífica), también abogada, le tenderá mucho apoyo emocional al inicio. Quien haya visto "Spotlight", en donde Ruffalo interpretó a un incansable reportero, podrá hacerse una idea de su interpretación en Dark Waters. La película termina siendo una historia de "David contra Goliat", no del todo concluyente ya que, aparentemente, Bilott sigue a la fecha trabajando en el caso contra Du Pont, y buscando justicia por las víctimas de su negligencia. Dentro de su aparente sencillez (sin exagerados repuntes melodramáticos), Dark Waters no te dejará indiferente en lo absoluto.
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